Los mitos sobre el embarazo han variado mucho a lo largo de la historia. Antiguamente se daban por ciertos hechos que hoy están bastante desmentidos, como que si la embarazada no satisface sus antojos el bebé saldrá con una mancha o que si la barriga está muy baja el bebé será un niño. Casi nadie cree ya en estas hipótesis. Sin embargo, con el tiempo han nacido otras más sofisticadas, muchas de ellas relacionadas con las relaciones sexuales, que parecen más creíbles. Muchas son mitos, pero al desmentirse pueden eclipsar a otras que, en realidad, no lo son. Al menos no está del todo claro.

Las hay relacionadas con el sexo del bebé, aunque no tienen nada que ver con la altura de la barriga. También con métodos para aumentar la probabilidad de embarazo. Unas son totalmente ciertas, otras están más que desmentidas y algunas siguen en duda.

Por lo tanto, vamos a ver los mitos sobre el embarazo más modernos, pero también algunos consejos para lograr aumentar las probabilidades de embarazo. Ninguno garantiza nada, pero no se pierde nada por probar.

¿Niño o niña? Realidades y mitos sobre el embarazo y el sexo del bebé

Que un bebé sea niño o niña (hablando de sexo biológico, por supuesto) depende del cromosoma que incluya el espermatozoide que alcanza al óvulo en la fecundación.

Tanto el óvulo como el espermatozoide tienen la mitad de la dotación cromosómica de un ser humano. Por eso, al juntarse, aportan un juego de cromosomas completo. Los cromosomas no sexuales se encuentran en parejas iguales. Es decir, hay dos cromosomas 1, dos cromosomas 2, dos cromosomas 3 y así sucesivamente. Cada gameto (el óvulo y el espermatozoide) tendrá un cromosoma de la pareja. Sin embargo, las parejas de cromosomas sexuales no son siempre idénticas. En el caso del sexo biológico femenino sí, ya que hay dos cromosomas X, pero en el masculino hay un X y un Y.

Dado que el óvulo es el gameto femenino, siempre llevará una X en su interior. Sin embargo, los espermatozoides pueden llevar una X o una Y. Así, si el espermatozoide que fecunda al óvulo lleva una X, el resultado será una niña y, si lleva una Y, un niño.

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El sexo biológico depende del espermatozoide que 'gane la carrera'. Crédito: freepik

Ahora bien, ¿hay algo que aumente las probabilidades de que el vencedor de la carrera hacia el óvulo lleve un espermatozoide u otro? Para empezar, podría depende de la cantidad de espermatozoides de cada tipo que eyacule una persona. Tradicionalmente se ha pensado que hay un 50% de cada. Sin embargo, hay algunos estudios que apuntan a lo contrario. Por ejemplo, en 2015 un equipo de científicos de la Universidad de Newcastle llevó a cabo un estudio en el que se analizaron 927 árboles genealógicos, con información de 555.386 personas procedentes de América del Norte y Europa. Las cifras se remontaban al siglo XVII y el objetivo era comprobar si hay familias más propensas a tener hijos que hijas o viceversa.

Comprobaron que la probabilidad que un hombre tuviese hijos era mayor si tenía hermanos, mientras que la probabilidad de tener hijas aumentaría si el padre tiene hermanas. Eso indicaría que los genes determinan si un hombre tiene más cromosomas X o Y en sus espermatozoides. Cuadraría con algunos estudios en los que, al analizar muestras de esperma de un hombre, no se ha encontrado un 50% de cada tipo. Sin embargo, estos han sido estudios con muestras pequeñas en los que no se puede olvidar que los hombres producen espermatozoides continuamente, por lo que un solo eyaculado no es representativo de nada.

En aquel estudio se comprobó también que después de las grandes guerras del periodo que se analizó nacieron más niños que niñas. Se ha visto que periodos tan traumáticos como estos pueden afectar a la epigenética. Es decir, al modo en el que se cambia la expresión de los genes. El ADN sigue intacto, pero las forma en la que las células usan los genes cambia. Si las guerras afectan al número de niños que nacen con respecto a las niñas cuadraría que la genética tenga algo que ver. Aun así, hasta que no se determine cuál es ese gen misterioso, no se puede asegurar lo que los datos no sean casualidad.

¿Hay sesgos de confirmación?

Es posible que todos hayamos pensado alguna vez eso de que hay parejas especializadas en tener niños o niñas. Cuando nos encontramos una familia con 5 hijos o con 7 hijas nos parece improbable que haya una probabilidad del 50% de tener cada sexo. Pero la realidad es que también tenemos a nuestro alrededor miles de familias con hijos e hijas a las que no prestamos tanta atención, porque invalidan la hipótesis que ha nacido en nuestra mente. Eso es lo que se conoce como sesgo de confirmación.

Para comprobarlo, hace unas horas realicé una breve encuesta en mi cuenta de X. Obviamente, no se puede considerar una muestra representativa de la población ni un estudio bien diseñado. Simplemente fue una forma rápida de comprobar si cuando tengo esta percepción puede estar sesgada.

De momento han contestado 53 personas, así que es una muestra muy pequeña, pero ya da datos interesantes. Al preguntar a mis seguidores si tienen hermanos de su mismo sexo, un 26,4% ha contestado que sí, y que solo tienen un hermano, otro 26,4% ha dicho que no, y que solo tiene un hermano (la famosa parejita), un 11,3% ha contestado que sí y que son varios hermanos y, finalmente, un 35,8% ha contestado que no y que tiene varios hermanos. Por lo tanto, si nos fijamos en personas con un solo hermano, parece que el reparto de cromosomas X e Y entre los espermatozoides ha sido exactamente del 50%.

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Los resultados dela encuesta revelarían un sesgo de confirmación, aunque no es suficientemente representativa.

Además, cuando la cantidad de hermanos es mayor, lo más probable es que los sexos sean variados. No niego que yo había tenido la sensación que dije al principio. De hecho, los casos de 7 hijas y 5 hijos son reales, de familias que conozco. Pero claramente, en mi caso, es un sesgo de confirmación. 

¿Quién corre más?

Siguiendo con los mitos del embarazo sobre el sexo del bebé que realmente son dudosos, tenemos el tema de la velocidad. Se ha comprobado que los espermatozoides que llevan el cromosoma X y los que portan un cromosoma Y son ligeramente diferentes. Ahora bien, ¿afecta eso a su capacidad de fecundación? Hay estudios que señalan que sí. Supuestamente, los que llevan cromosoma Y son más rápidos, pero sobreviven menos tiempo en el tracto genital femenino, mientras que los que llevan cromosoma X son el caso totalmente contrario. Más lentos, pero más duraderos.

Si esto fuese así, para tener una niña lo recomendable sería tener sexo varios días antes de la ovulación y, para tener niño, hacerlo justo en torno a esta.

ruido en el sexo
¿Influye el momento en el que se tienen relaciones? Crédito: We Vibe Toys (Unsplash)

Esto se debe a que, si bien el óvulo solo tiene la capacidad de ser fecundado durante 24 horas desde la ovulación, los espermatozoides que llevan hasta una semana en el tracto reproductor femenino podrían fecundarlo también. Los que llevan cromosoma X se supone que sobreviven más, así que si se tiene sexo unos días antes de la ovulación serán los que quedarán. Al contrario, los que tienen cromosoma Y viven menos, pero son más rápidos, por lo que al tener sexo el día de la ovulación serían los que ganen la carrera.

Dicho así, todo esto goza de mucho sentido. Y podría ser. Sin embargo, no hay estudios científicos bien diseñados y con muestras representativas que lo corroboren. Por lo tanto, no podemos asegurar que sea un mito del embarazo, pero tampoco podemos decir con certeza que sea cierto.

De hecho, sí que hay estudios que apuntan a lo contrario. Se trata de estudios observacionales en los que se analiza el sexo de lso bebés que nacen tras consutlar a los padres sobre las relaciones sexuales. Es cierto que estos estudios pueden tener sus propios sesgos, pues no siempre se puede saber el momento exacto del embarazo. Sin embargo, en los casos en los que aseguraron saberlo, no se encontró que nacieran más niños cuando se tuvo sexo en torno a la ovulación. 

No todo son mitos en el embarazo: el orgasmo importa

Siempre se dice que el orgasmo no es indispensable en lo que a placer se refiere. Si tenemos relaciones sexuales buscando solamente el orgasmo es muy posible que nos frustremos y no disfrutemos del camino. Ahora bien, si lo que buscamos es un embarazo, el orgasmo sí que juega un papel importante.

Lógicamente, el orgasmo masculino es esencial. Normalmente este suele ir acompañado de la eyaculación, que resulta casi indispensable cuando se busca un embarazo. Ese casi hace referencia al líquido preseminal; pues, aunque no está del todo claro, es posible que este también lleve algunos espermatozoides vivos. El orgasmo femenino también es necesario, ya que las contracciones del cuello del útero ayudan a empujar los espermatozoides hacia su destino. 

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El orgasmo es esencial. Crédito: Valeria Boltneva (Unsplash)

Lo dicho hasta ahora en relación con el orgasmo está más que demostrado. No son mitos del embarazo. Sin embargo, hay otra hipótesis muy curiosa que no está tan clara. Y es que hay científicos que defienden que el hecho de que la mujer eyacule en primer o segundo lugar influye en el sexo del bebé.

Esto forma parte de algo conocido como método Shettles. Fue ideado en la década de 1960 por el médico estadounidense Landrum Shettles. Este señaló que hay varios factores que influyen en que un bebé sea niño o niña, de tal modo que los padres pueden seleccionarlos cuidando la manera en la que tienen las relaciones sexuales. Por ejemplo, Landrum defendía lo mencionado anteriormente de que, si queremos que sea niña, hay que tener las relaciones antes y, para un niño, justo en torno a la ovulación.

Pero también hizo referencia al orgasmo. Y es que, según él, los espermatozoides con cromosoma Y viven mejor en entornos alcalinos, como el del cérvix y el útero. En cambio, los que llevan el cromosoma X sobreviven más fácilmente en las condiciones ácidas del canal vaginal.

Durante el orgasmo femenino, se liberan secreciones alcalinas en el canal vaginal. Por eso, este médico pensaba que si la mujer eyacula primero habría más probabilidad de que nazca un niños. Sin embargo, esto no se ha podido demostrar.

Sigue, no pares

Ya hemos visto que no todo son mitos en el embarazo y una gran realidad que no podemos olvidar es que tener mucho sexo es importante. No solo porque se aumenta la probabilidad de que un espermatozoide llegue a buen puerto. También por otros dos motivos.

Por un lado, hay estudios preliminares que señalan que el sistema inmunitario de las mujeres que tienen sexo regularmente está más preparado para fomentar el embarazo. A veces el propio sistema inmunitario femenino puede atacar al semen al reconocerlo como extraño. Sin embargo, cuando la mujer tiene relaciones sexuales muy continuas, las células T del sistema inmunitario modifican su comportamiento. Dejan de atacar a los espermatozoides y, además, facilitan que se produzca la implantación. Esto posiblemente se deba a que cuando se detecta que hay mucho sexo se entiende que se está buscando un embarazo (aunque no siempre sea así, estamos hablando de una cuestión de especie), por lo que se le ponen las cosas fáciles a los gametos masculinos.

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Cuanto más sexo, mejor. Pixabay

Por otro lado, hay estudios que señalan que el semen puede facilitar la anidación del embrión en el útero. Esto indicaría que, aunque después de la ovulación ya la probabilidad de embarazo sea casi nula, es bueno seguir teniendo sexo; ya que, en caso de que se produjese el embarazo antes, ese esperma extra también tendría su función.

Y bueno, no nos podemos olvidar del hecho de que cuanto más se eyacule mejor será la calidad del semen, por lo que en el caso de los hombres también es bueno que tengan sexo regularmente.

Uno de los mayores mitos sobre el embarazo: la postura da igual

A menudo se habla de que hay posturas que facilitan el embarazo. El propio Shettles era un firme defensor de este hecho. Sin embargo, en la actualidad no hay ni un solo estudio que demuestre que esto es cierto. Por eso se considera uno de los mayores mitos sobre el embarazo modernos.

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Todas las posturas son válidas, lo importante es que todos estén cómodos. Unsplash

En resumen…

Si buscas un embarazo, puede que hacerlo de forma tensa, sin disfrutar, sin salir de la postura del misionero y aprovechando solo los días fértiles no sea la mejor opción. Hemos avanzado como especie lo suficiente para saber que el sexo es mucho más que una forma de concebir. Hay muchos mitos sobre el embarazo, pero una gran realidad es que el estrés no ayuda nada a conseguirlo.

Por eso, disfruta del sexo en cualquier momento, con la protección adecuada y, cuando llegue el momento de buscar el embarazo, sigue disfrutando. Si te obcecas en hacerlo solo para tener un bebé es posible que las cosas no salgan bien.