Lavar la ropa tiene mucha ciencia y entenderla es importante para conseguir resultados óptimos. No basta con llenar la lavadora, añadir detergente y suavizante y esperar. Ya vimos que el detergente tiene una química muy interesante y el suavizante no se queda atrás. Si estudiamos esa química del suavizante para la ropa veremos por qué nos gusta tanto cómo deja nuestras prendas, pero también veremos que, posiblemente, estamos haciendo muchas cosas mal.
Para empezar, no siempre es necesario usarlo. Se suele decir que no es bueno lavar las toallas con suavizante para la ropa, aunque no nos dejan claros los motivos. Por si acaso es cierto, algunas personas prescinden de este producto al lavar toallas, pero lo sustituyen por perfumadores. El resultado son toallas con un aroma delicioso, pero de nuevo vale la pena repetirse la misma pregunta. ¿De verdad es necesario?
Al lavar la ropa, como con tantas cosas en la vida, se aplica la máxima de “menos es más”. Es muy posible que estés usando productos que en realidad no necesitas, perjudicando a tu ropa, tu bolsillo y el medioambiente. Te explicamos los motivos.
Secado a máquina o al aire libre
Para entender cómo funciona el suavizante de la ropa primero debemos entender por qué a veces la ropa recién lavada está tan áspera y seca. Esto se debe a un proceso que ocurre cuando todavía está mojada.
Buena parte de los tejidos que forman nuestras prendas contienen celulosa. Esta molécula de origen vegetal se estabiliza por la unión de sus átomos a través de enlaces de hidrógeno. Cuanto más fuertes y mayor cantidad de enlaces, más rígida se verá la tela.
Si tocamos una tela mojada tiene un tacto muy suave porque las moléculas de celulosa se hinchan y muchos de esos enlaces se rompen. Sin embargo, este es un proceso reversible. A medida que el agua se va evaporando y la ropa se seca, los enlaces se vuelven a formar. Aquí hay un parámetro importante que debemos tener en cuenta. Seguro que has notado que la ropa secada al aire suele estar más rígida que la que se seca a máquina. Sobre todo con tejidos como el algodón, muy ricos en celulosa.
Esto se debe a que en el interior de la secadora la ropa está en constante movimiento, por lo que muchos enlaces de hidrógeno se rompen de nuevo mientras se forman. El resultado final es la formación de moléculas con menos enlaces de hidrógeno y más débiles. En cambio, al aire libre la ropa está estática. Como mucho puede que la mueva el viento. Por lo tanto, se forman más enlaces y más fuertes.
Podríamos pensar que entonces lo que necesitamos es secar siempre la ropa a máquina. Así queda más suave. No hace falta suavizante. Pero no es tan sencillo. El problema es que no todo son ventajas con la secadora. Además del problema obvio del consumo eléctrico, la ropa en constante movimiento adquiere electricidad estática, pues las fibras se rozan entre ellas una y otra vez. Ese roce deja moléculas cargadas negativa o positivamente y una serie de interacciones que terminan dañando la ropa. Además, puede que al sacar tu suéter favorito de la secadora te dé un calambrazo. Esa electricidad estática también la combate el suavizante para la ropa, exactamente que la rigidez al secar al aire.
¿Cómo funciona el suavizante para la ropa?
En sus inicios, el suavizante para la ropa estaba compuesto por una mezcla de jabón, agua y aceites que daban suavidad. Sin embargo, con el tiempo se han ido probando moléculas más complejas químicamente. Es, por ejemplo, el caso de los cationes de amonio cuaternarios, más conocidos como quats. Estos están compuestos por sales amonio con un nitrógeno cargado positivamente en su interior y unidos a cuatro compuestos orgánicos distintos. Por un lado queda un lado hidrofóbico, que repele el agua y, por otro, uno hidrofílico, que se mezcla con ella para penetrar mejor en los tejidos. Además, esa penetración se optimiza con ayuda de sustancias emulsionantes.

La parte que penetra en la ropa es la que contiene el nitrógeno cargado positivamente. Este interacciona con aquellos átomos que han quedado cargados negativamente por la fricción, estabilizándolos y disminuyendo la electricidad estática de la lavadora. Pero eso no es todo. La parte hidrofóbica se deposita sobre las fibras, aportando un efecto lubricante que disminuye la sensación de rigidez al secar al aire.
No es oro todo lo que reluce
El quat más usado tradicionalmente era el DHTDMAC. Cumple muy bien su función, pero también se degrada muy lentamente, por lo que suponía un gran problema medioambiental. Recordemos que los restos de suavizante y detergente acaban depositándose en los ecosistemas acuáticos.
Por ese motivo, se sustituyó este quat por otro compuesto, conocido como esterquat, que sí es biodegradable. Pero este también tiene un problema, ya que su parte hidrofóbica es tan intensa que, al usarlo sobre toallas, estas no absorben la humedad. Dejan de ejercer su única función: secar.
Todo lo que puede que hagas mal con el suavizante para la ropa
Está claro que si queremos que nuestras toallas sequen, lo primero que estamos haciendo mal es usar suavizante para la ropa cuando las lavamos. Lo ideal es no usarlo con estas prendas. Algunas personas sustituyen el suavizante por perfumador, para que al menos dé algo de buen olor. Puede ser una buena opción, pero si en casa hay personas con la piel sensible no deberíamos hacerlo, ya que los perfumes a menudo son causantes de alergias y dermatitis.

Otra cosa que puede que estemos haciendo mal es usar el suavizante cuando no es debido. Normalmente lo usamos justo al principio del lavado, junto al detergente. Esto no es aconsejable por dos motivos. Por un lado, el suavizante para la ropa contiene compuestos catiónicos (cargados positivamente) y el detergente aniónicos (con carga negativa). Estos pueden interaccionar y formar agregados indeseados en nuestras prendas. Pero, además, ocurre algo tan simple como que el suavizante puede lavarse y no llegar a depositarse en la ropa. Lo ideal, si lo vamos a usar, es añadirlo en el ciclo de enjuague final.
De todos modos, la realidad es que la mayoría de expertos coinciden en que el suavizante es prescindible. Un poco de vinagre de limpieza puede ejercer exactamente la misma función.
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