En Gladiator 2, Ridley Scott toma varios de los momentos más tenebrosos de la historia de la Roma Imperial para contar una épica de redención. Todo, a través de la vida de Lucius (Paul Mescal), un hombre que debe enfrentar su destino en la arena de gladiadores. Mucho más, explorar en su pasado para comprender el camino que le llevará a la justicia. Y al final, a comprender que cada pieza en su vida, estuvo signada por un destino heroico.
Para la ocasión, Ridley Scott transformó a Roma en un territorio de leyenda. Tanto, que parte del impacto de la cinta, se encuentra en mostrar la belleza de la ciudad eterna, a una escala majestuosa que sorprende. En particular, porque cada paisaje en cámara, brinda a Gladiator 2 de un aire de leyenda que la emparenta, directamente con la película original. Pero, por extraño que parezca, la versión del director de Roma, no ha sido rodada en ningún lugar de la mítica ciudad. Tampoco, de Italia. En lugar de eso, Scott decidió que el largometraje explorara en el valor, la guerra y la violencia, a través de la imagen de una serie de locaciones específicas.
Lo que llevó a la producción a recorrer Europa y África. Eso, en busca de los paisajes asombrosos que la cinta inmortaliza en varias secuencias para los anales del cine histórico. En especial, al mezclar el tono trágico de la trama con todo tipo de escenarios de considerable belleza y data histórica. El resultado es una cinta que, si bien se enfoca en el poder y la grandeza de Roma, también, brinda contexto sobre el mundo de la época. Para profundizar en el tema, te dejamos las locaciones principales en que se rodó Gladiator 2. De un paraje de leyenda con una historia trágica hasta un territorio que ya forma parte del cine de acción y de época. Todo, para comprender mejor la magnitud de la más reciente obra de Ridley Scott.
La ciudad de Ouarzazate (Marruecos)

De la misma forma que para Gladiator, Ridley Scott decidió utilizar la ciudad marroquí de Ouarzazate, al sur de las montañas de Atlas. Eso, para narrar varias de las grandes escenas de la secuela. En especial, debido a que las instalaciones del estudio Atlas, tienen la suficiente envergadura para mostrar el aire de imponente belleza que el director imaginó para algunas de las secuencias.
La llamada Puerta del Sahara es, de hecho, el paisaje real de la provincia de Numidia. La región se muestra en la cinta como parte de varias escenas más importantes del argumento. Pero más allá de eso, el carácter atemporal de la región, permitió al director de fotografía, John Mathieson, ahondar en la cualidad de misterio que requiere parte de la trama.
El Fuerte Ricasoli (Malta)

La isla de Malta, conocida por su arquitectura clásica y por un casco histórico de considerable belleza, fue otra de las locaciones de Gladiator 2. En particular, el Fuerte Ricasoli, cuya envergadura y apariencia clásica, permitió al director captar la esencia de su viaje visual a una Roma remota y poderosa.
La edificación fue construida por los Caballeros de la Orden de San Juan durante su permanencia en la isla en el siglo XVII. Con sus torres enormes y amplias calles de piedra, tiene todo el aspecto de una construcción imaginada para resistir el mal tiempo de la región y los duros inviernos. El equipo de producción de Gladiator 2, transformó la construcción en una parte del Coliseo Romano. Eso, utilizando una combinación de efectos prácticos y digitales. Lo que brinda su aire de imponente realismo a varias de las escenas centrales de la cinta.
Devil’s Dyke (Reino Unido)

Los territorios verdes y plácidos de la región de Brighton (Sussex del Este) en Inglaterra, también han sido parte de las locaciones utilizadas para Gladiator 2. En particular, por la capacidad de la región para mostrar un aspecto intocado y sublime, que puede ser explorado desde varios puntos de vista.
En el caso de la cinta, al igual que la original, el campo verde y sus riscos de aspecto agreste, se utilizan como escenario de batallas y enfrentamientos. Lo que brindó a Scott el lugar ideal para filmar las extensas secuencias violentas que involucran al personaje de Lucius (Paul Mescal). A la vez, una perspectiva sobre la forma en que el Imperio Romano se expandía a través de una Europa que el director imagina salvaje e intocada.

