Las infecciones del tracto urinario (ITUs), conocidas más coloquialmente como infecciones de orina, son una de las mayores causas de prescripción de antibióticos en todo el mundo. Se calcula que la mitad de las mujeres y 1 de cada 5 hombres las sufrirán en algún momento de su vida. Solo en España se diagnosticaron en el año 2021 casi 2 millones de casos. Muchas veces se vuelven recurrentes, convirtiéndose en un gran motivo de malestar para quien las sufre. Por ese motivo, cada vez está más clara la necesidad desarrollar una vacuna contra las infecciones de orina.

Ha habido muchos intentos, pero uno de ellos resulta especialmente convincente. Tanto como para que ya se comercialice en 54 países de todo el mundo. Se trata de MV 140, una vacuna contra las infecciones de orina que, a pesar de fabricarse en un laboratorio español, aún no ha recibido la aprobación para administrarse en este país.

El motivo es básicamente que aún no se habían realizado estudios de eficacia y seguridad a largo plazo. Había estudios publicados, pero a corto plazo, en ratones o sin revisar. Por primera vez, la compañía Inmunotek ha llevado a cabo un estudio a largo plazo, con humanos, a los que se ha hecho seguimiento durante 9 años. Si bien aún no se ha publicado, sí que lo han presentado este fin de semana en el Congreso de la Asociación Europea de Urología, celebrado en París. Sus resultados son muy positivos. Cabe destacar que se han obtenido solo en 89 pacientes, pero resultan tan esperanzadores que, quizás, cuando se publiquen, podrían ser el último empujón para que se use en más países. ¿Quién sabe?

¿Cómo funciona MV 140?

Esta vacuna contra las infecciones de orina está compuesta por las cuatro especies bacterianas que más habitualmente causan ITUs: Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Enterococcus faecalis y Proteus vulgaris. Todas ellas se encuentran inactivas, de manera que activan la respuesta del sistema inmunitario contra su presencia, sin llegar a causar enfermedad.

Se administra en forma de aerosol con sabor a piña. Los pacientes deben ponerse dos pulverizaciones diarias bajo la lengua, durante un periodo de tres meses. Pasado ese tiempo, en principio ya estarían protegidos, pero si la vacuna pierde eficacia pueden repetir el proceso pasado un tiempo.

infecciones de orina
Las infecciones de orina son especialmente habituales. Crédito: CDC (Unsplash)

Primeros resultados a largo plazo

El estudio que acaban de presentar estos científicos ya se publicó en 2017. Se trata del resultado de un ensayo clínico realizado en el Hospital Real de Berkshire, en Reino Unido, durante 2015. No obstante, se necesitaban resultados a más largo plazo, tanto de su seguridad como de su eficacia, y eso es lo que se va a presentar ahora, una vez que han pasado 9 años.

En total participaron en el estudio 89 personas, de las cuales 72 eran mujeres y 17 hombres. Todos ellos manifestaron tener infecciones de orina recurrentes. Se conoce así a aquellas que cursan con al menos 3 episodios en un año o 2 en un periodo de 6 meses.

En el momento de la administración ninguno tenía infección de orina, pero se les hicieron algunas entrevistas con posterioridad para ver si habían contraído alguna. 9 años después, el 54% refirieron estar totalmente libres de ITUs. El resto, aunque no estaba libre del todo, también experimentó una gran mejoría. El periodo medio de tiempo sin infección fue de 4 años y medio. Además, muchos de ellos refirieron que los episodios eran mucho más leves. En algunos casos, se solucionaba simplemente con beber agua, sin necesidad de medicación.

Cabe destacar que el 40% refirió haber recibido otros 3 meses de dosis de la vacuna contra las infecciones de orina 1 o 2 años después de la primera administración. No obstante, dados los pocos efectos secundarios que se observaron, esta no es una mala opción.

beber agua
En algunos casos, aunque sí se produjese la infección, en personas vacunadas bastaba con beber agua para que remitiera. Crédito: Engin Akyurt (Unsplash)

¿Por qué es tan necesaria una vacuna contra las infecciones de orina?

Generalmente, las ITUs se deben tratar con antibióticos. Son tan frecuentes que se han convertido en una de las causas que hay detrás del desarrollo de resistencias bacterianas. Por eso, se deben evitar en la medida de lo posible. En muchos casos, par las infecciones recurrentes se pauta una profilaxis con antibióticos antes de conductas que aumentan la probabilidad de padecerlas, como las relaciones sexuales. Esto supone un uso excesivo del fármaco, que puede pasar factura.

Una vacuna contra las infecciones de orina soluciona todos esos problemas. Y es que, incluso si no previene por completo la enfermedad, sí que ayuda a que se cure sin necesidad de tratamiento en muchos casos.

Debemos tener en cuenta también que, si bien esta es una enfermedad leve, en algunos casos puede complicarse, sobre todo si los antibióticos no hacen efecto. La infección puede, por ejemplo, pasarse a los riñones. Son muchos los motivos por los que esta vacuna contra las infecciones de orina podría ser una grandísima opción. Ojalá este último estudio termine por aportar las garantías suficientes para su administración en más países. 

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