Hay bastante confusión sobre lo que se debe hacer ante las pesadillas de los perros. Todos hemos visto alguna vez un perro que se mueve en sueños como si corriese o jugase. Normalmente mueven las patas y emiten gruñidos, pero se muestran apacibles o incluso divertidos. En cambio, en otras ocasiones parece que sufren. Tiemblan con más fuerza y los gruñidos se convierten prácticamente en gemidos de dolor. Aquí pueden ocurrir dos cosas. O que estén teniendo una pesadilla o que estén convulsionando. En los dos casos no es buena idea despertarles, aunque vale la pena diferenciar lo que les ocurre para saber cuándo se deben tomar medidas y cuáles son las correctas.

Para tranquilidad de quienes hayan visto este característico temblor, lo más normal es que no sean más que pesadillas de los perros. Las convulsiones son mucho más raras. La principal diferencia entre unas y otras es que es fácil que un perro se despierte de una pesadilla, pero mucho más complicado que lo haga de una convulsión. Ahora bien, si hemos dicho que no es bueno despertarlos en ningún caso, ¿cómo vamos a comprobar de qué se trata?

Para responder a esta pregunta primero hay que comprender cómo funciona el sueño de los perros. No es muy diferente al de los humanos, pero hay algunas diferencias esenciales.

El caso de las pesadillas de los perros

En el caso de las pesadillas de los perros, no es bueno despertarles por el mismo motivo que a los humanos. Todos los sueños, buenos o malos, se producen durante la fase REM. Esta fase se denomina así por las siglas de Rapid Eye Movement o, en español, movimientos rápidos de los ojos. Se ha visto que los perros también mueven rápidamente los ojos bajo los párpados. En general, se ha comprobado que las ondas cerebrales de los canes durante el sueño son parecidas a las humanas, aunque con distintas duraciones en cada fase.

La REM es una fase de sueño profundo, en la que el cerebro se mantiene activo, pero a su vez apaga ciertas regiones, como las que controlan el movimiento de los músculos. Esta es la causa por la que a veces, cuando nos despertamos durante un sueño, no nos podemos mover. Ahora bien, los perros sí se mueven. Incluso parece que corren y juguetean. Si nos fijamos, ocurre sobre todo con cachorros y perros mayores, pues su puente cerebral, que es la región que conecta el tronco encefálico con la médula espinal, está menos desarrollado. En el caso de los cachorros porque aún no está listo y en el de los perros mayores porque se degenera con la edad.

Los interruptores de apagado de los músculos en la fase REM se encuentran en el puente cerebral, de tal manera que en perros muy jóvenes o muy mayores no funcionan adecuadamente y pueden moverse más. En otros casos, también se mueven, pero las convulsiones típicas de las pesadillas no son tan habituales.

Al ser una fase de sueño muy profundo, si se despiertan se pueden asustar. De hecho, también se suele decir que nunca despertemos a una persona bruscamente durante una pesadilla. Con las pesadillas de los perros pasa lo mismo, con el riesgo añadido de que, a causa del susto, nos pueden morder. Al fin y al cabo en ese momento están desorientados, no saben dónde se encuentran.

cachorros
Las pesadillas con movimiento son más habituales en perros muy jóvenes o muy viejos. Crédito: Sophia Kunkel (Unsplash)

El controvertido temblor neurogénico

En algunos medios se señala que estos temblores no son ni convulsiones ni pesadillas de los perros. Se supone que se trata de algo conocido como temblor neurogénico, que sirve para soltar estrés y tensiones acumulados durante el día. Por eso, se advierte que no es bueno despertarles, ya que se evitaría que concluyan este proceso natural y necesario.

No hay investigación científica que acredite que esto ocurre de tal forma en los perros. Al menos no se ha encontrado para este artículo. Por eso, lo normal sigue siendo que se trate o de las pesadillas que ya hemos visto o de convulsiones.

¿Qué pasa con las convulsiones?

En algunos casos, estos temblores pueden ser a causa de una convulsión por alguna enfermedad, normalmente neurológica. Es habitual que las convulsiones se den durante el sueño, por lo que debemos estar atentos. La gran diferencia con las pesadillas de los perros es que, si los llamamos, es muy complicado que se despiertan.

cerebro de perro
El puente cerebral (Pons) está menos desarrollado en cachorros. Crédito: Meatpuppet (Wikimedia Commons)

Por eso, para diferenciar convulsión de pesadilla, lo ideal es hacer justo eso. Pronunciar desde lejos su nombre o dejar caer un objeto que haga ruido, por ejemplo. En ese caso, lo normal es que, si se trata de una pesadilla, se despierten de una forma progresiva, sin tanto sobresalto. En cambio, si se trata de una convulsión, esa llamada tan suave normalmente no podrá despertarlos.

Si creemos que se trata de una convulsión, debemos consultar al veterinario. Además, si a las 24 horas se produce otra, la situación es aún más grave y habría que actuar de urgencia. De todos modos, es importante insistir en que estos son los casos más raros. Normalmente, se trata solo de pesadillas y la razón por la que debemos despertarles no es otra que evitarles el sobresalto. 

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