Para muchas madres, el momento en el que sus hijos dejan de lactar supone casi un duelo. Al fin y al cabo, la lactancia crea un vínculo muy bonito entre madres e hijos.  Por eso, el tiempo en el que siguen produciendo leche sin que su bebé la tome puede llegar a ser muy difícil. En algunos casos, en cuanto el bebé deja de succionar, la producción de leche desaparece. Sin embargo, en otras ocasiones es posible que dure algo más. Ahí se generan varias opciones. Una puede ser donar ese exceso de producción a los bancos de leche, pero también hay quien opta por algo más lucrativo, como vender la leche materna a culturistas. Porque sí, muchos creen que este es un superalimento que les ayudará a crear mucho más músculo.

Esta idea se basa inicialmente en algo muy simple. Si el objetivo de la leche materna es que los bebés crezcan, debería ser ideal para que también crezca el músculo, ¿no? Pues no, la verdad es que no.

No hay ninguna evidencia científica de que la leche materna tenga beneficios para culturistas ni para ningún otro adulto. De hecho, tiene menos proteínas que la leche entera de vaca. Además, no hay una vía legal para comprarla, por lo que es imposible conocer las medidas de seguridad a las que se ha sometido la leche materna del mercado negro. Existen estudios en los que se han analizado muestras de leche adquiridas de esta forma y los índices de contaminación son altísimos. Sobran los motivos por los que la leche materna para culturistas no es una buena idea. Si dejamos de tomarla siendo muy pequeños, por algo será.

La composición de nuestro primer superalimento

Los culturistas consideran la leche materna como un superalimento. Dejando a un lado que, en realidad, no existen los superalimentos y que más bien constituyen una estrategia de márketing, ¿cuáles son los motivos para considerarla de esta manera?

Estos, principalmente, se basan en su composición. El 87,5% de la misma es agua, pero el 22,5% restante tiene nutrientes muy interesantes. Esto incluye carbohidratos, grasa, proteínas y algunos micronutrientes esenciales, como vitaminas y minerales, cuya proporción depende de la dieta de la madre. 

La cantidad de grasas, hidratos de carbono y proteínas sí es más o menos estable. Concretamente, en una taza de leche materna encontramos 10 gramos de grasas, 16 gramos de hidratos de carbono y 2 gramos de proteínas. La leche entera tiene 5 gramos de proteínas más y aporta menos calorías, pues en esa misma taza de leche materna hay 170 kcal, que son 20 más que en la misma cantidad de leche entera de vaca.

Finalmente, en la leche materna también puede haber algunas hormonas. Esta es una de las causas del gusto por la leche materna de los culturistas. Y es que una de las hormonas que puede contener es la hormona del crecimiento, muy usada como suplemento en este ámbito, por sus supuestos beneficios. Se supone que mejora el rendimiento físico, pero no hay evidencia científica que lo respalde. Y también parece que ayuda a aumentar la masa muscular. Esto, aun pudiendo tener algo de evidencia, no hace que tomar estos suplementos sea una buena idea.

La hormona del crecimiento tiene muchos efectos adversos cuando se administra de forma exógena. Puede favorecer la aparición de diabetes, aumentar el dolor articular e incluso se relaciona con la aparición de algunos tipos de cáncer. Es cierto que se puede administrar para tratar algunas afecciones, pero siempre debe hacerse a dosis controladas y con un seguimiento médico. Es imposible controlar la dosis en la leche materna, pues variará mucho de unas muestras a otras. Por eso, es extremadamente poco recomendable.

culturista
Los culturistas creen que la leche materna favorece el crecimiento muscular Crédito: Pike by Panther (Pixels)

El negocio de la leche materna para culturistas

Los bebés necesitan la leche materna porque les aporta todos los nutrientes que necesitan para su crecimiento. Además, contiene anticuerpos de varios tipos, sobre todo uno, llamado inmunoglobulina A. Dado que en los bebés el sistema inmunitario aún no está suficientemente maduro, esto les ayuda mucho, pero en adultos ya no es necesario este aporte de anticuerpos. Como tampoco lo son unos nutrientes que podemos obtener tranquilamente de los alimentos.

Aun así, el negocio de la leche materna para culturistas y otros adultos con aficiones un tanto extrañas ha estado en auge en el mercado negro durante años. Se pueden llegar a encontrar personas que venden solo 30 ml por un euro. Hay mujeres que ganan miles de euros con la venta de su leche materna a los culturistas. Ellos la adquieren por un dineral, pensando que les va a traer beneficios. Pero en realidad, lo que más puede aportarles son perjuicios.

Riesgos que no vale la pena correr

En estudios sobre los riesgos de la leche materna vendida en el mercado negro, se han llegado a encontrar bacterias en un 93% de las muestras analizadas. Por ejemplo, se ha detectado la bacteria causante de la sífilis. También se ha señalado la presencia de virus patógenos como el de la hepatitis B y C, el VIH, o algún citomegalovirus

Todo esto se debe a una mala desinfección tanto de las manos como de los métodos de extracción y almacenaje de la leche. Algunas mujeres hacen verdadero negocio, por lo que compran en línea cubetas para almacenar la leche en las que es aún más complicado mantener su seguridad. No debemos olvidar que se trata de leche sin pasteurizar. Cuando se le va a administrar a los bebés, la leche se puede mantener 4 horas a temperatura ambiente, 4 días en el fondo del refrigerador y 9 meses en congeladores a -18ºC. No obstante, para su venta habría que seguir también una cadena de frío que no se está garantizando.

Por otro lado, si bien las madres que aún amamantan a sus hijos controlan el consumo de alcohol, drogas y tabaco (o al menos deberían hacerlo), muchas dejan de llevar este control cuando la leche es para su venta. Algunas la mezclan también con otros tipos de leche. Por lo tanto, el comprador no tiene ni la menor idea de lo que está tomando.

Si al menos hubiese un beneficio real en el consumo de leche materna para culturistas, quizás podría valerles la pena. Pero no sirve de nada, es poco seguro y, admitámoslo, también es rarísimo. No bebas leche materna si no eres un bebé. 

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