Un exfuncionario de la CIA fue condenado a 40 años de cárcel por filtrar archivos confidenciales a Wikileaks, la organización fundada por Julian Assange. Joshua Schulte, de 35 años, fue sentenciado por cometer «la mayor violación de datos en la historia de la CIA», dijo el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Schulte compartió unos 8.761 documentos de la CIA con Wikileaks en 2017. El exfuncionario había sido condenado ya por diversos cargos en tres juicios federales separados, celebrados en 2020, 2022 y 2023. En esta ocasión, lo sentenciaron por cargos de espionaje, piratería informática y desacato al tribunal. También lo culparon de posesión de pornografía infantil

«Joshua Schulte traicionó a su país al cometer algunos de los crímenes de espionaje más descarados y atroces en la historia de Estados Unidos», dijo el fiscal estadounidense Damian Williams en un comunicado. «Causó un daño incalculable a nuestra seguridad nacional, en su búsqueda de venganza contra la CIA por su respuesta a las brechas de seguridad de Schulte mientras estaba empleado allí».

Schulte, tras las rejas desde 2018, había trabajado como ingeniero informático en el Centro de Inteligencia Cibernética de la CIA. Creó una herramienta llamada Vault 7, que permitía a la CIA hackear teléfonos inteligentes y utilizarlos como dispositivos de escucha.

Los fiscales dijeron que el exfuncionario filtró la información en cuestión a WikiLeaks en 2016. La organización compartió públicamente la data en 2017, para denunciar este programa de espionaje basado en el sistema Vault 7. «El archivo parece haber circulado entre ex piratas informáticos y contratistas del gobierno de Estados Unidos de manera no autorizada, uno de los cuales ha proporcionado a WikiLeaks partes del archivo», explicó en su momento la organización en un comunicado.

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La filtración a WikiLeaks comenzó con una disputa laboral en la CIA

Todo el caos fue consecuencia de un problema laboral. Schulte, que trabajó en la CIA entre 2012 y 2016, filtró los documentos a WikiLeaks porque estaba molesto con sus compañeros, dijeron los fiscales. El exfuncionario había estado luchando con fechas de entrega de algunas asignaciones y estaba tan retrasado que se referían a él con el apodo «fecha de límite a la deriva», contó el fiscal federal adjunto Michael Lockard.

Una disputa con sus compañeros de trabajo obligó a que lo trasladaran a otra oficina. Pero el colmo fue cuando la CIA quiso pagar a un contratista para desarrollar una herramienta similar a la que él había creado.

Desde la computadora de su casa, en abril de 2016, Schulte transmitió los archivos robados a WikiLeaks, utilizando herramientas que la organización recomienda a sus fuentes, como el sistema operativo Tails y el navegador Tor. Luego, intentó limpiar cualquier rastro, formateando los discos duros internos de su equipo, contó el Departamento de Justicia en un comunicado.

Schulte no se quedó tranquilo. Tras ser detenido por las autoridades en 2018, intentó filtrar más información. El ex agente logró ingresar un teléfono a escondidas a la cárcel. De esta forma, envió a un periodista más data sobre los grupos cibernéticos de la CIA y quiso enviar más información a WikiLeaks.

El ahora condenado, incluso, creó redes sociales bajo el nombre falso de Jason Bourne para seguir compartiendo información. En 2018, Schulte aseguró estar «librando una guerra de información» contra el gobierno estadounidense. Más tarde, en un registro de su departamento, las autoridades encontraron «decenas de miles de imágenes de materiales de abuso sexual infantil», detallaron los fiscales.

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