Pobres criaturas es muchas cosas a la vez. Pero la más importante, es que toma el clásico literario Frankenstein de Mary Shelley, para convertirlo en algo más amplio. De un recorrido de crecimiento intelectual y moral, hasta las grandes preocupaciones acerca de la vida y su origen. El argumento tiene la habilidad de explorar en temas complejos, desde la burla y la sátira. Y eso le ha valido para ser una de las principales candidatas a los Premios Oscar 2024.

Pero, claro está, no es el primero que lo hace. La obra de Shelley, elemental para comprender la ciencia ficción como género, también es una importante reflexión humanista. Lo que brindó la oportunidad a la escritora, para explorar en el dolor de la diferencia, el origen del prejuicio e incluso, en una idea general del feminismo. En el cine, la historia de la criatura que busca afanosamente a su creador, ha hecho un repaso a temas idénticos. A la vez, ha permitido que cada una de las tramas, tengan un trasfondo a menudo existencialista e incluso, pesimista, con respecto al hombre y su circunstancia. 

Te dejamos cinco adaptaciones de Frankenstein poco comunes, que han marcado un hito por su complejidad, belleza y hasta el humor. De una versión fidedigna, pero que vuelve la mirada al creador hasta una burlona que utiliza la identidad de género para hacerse preguntas espirituales. La selección abarca algunos de los tópicos de la ciencia ficción y los lleva a una nueva dimensión. Algo que la ambiciosa Pobres criaturas, demostró en todo su potencial. 

Frankenstein de Mary Shelley

En 1994, el director británico de Kenneth Branagh tomó la obra de la escritora y la convirtió en una épica trágica con tintes góticos. Con guion de Steph Lady y Frank Darabont, la cinta adapta fielmente la material de origen, pero a la vez, hace algo más. Convertir la lucha de Victor Frankenstein (encarnado por el mismo Branagh) en una forma de forzar los límites de la naturaleza. Eso, mientras el argumento analiza la capacidad de dar vida y la condición absoluta de la muerte en medio de escenarios barrocos con inspiración de Sir Joshua Reynolds. 

La cinta, que se hace cada vez más abrumadora y más cercana al cine de terror, además, cuenta con un monstruo excepcional. Interpretado por Robert DeNiro — al que se le criticó por actuación y acento — se aleja del ser torpe y sufriente de Boris Karloff. A cambio, se convierte en una aberración que padece la soledad de ser único y busca su propósito a través de la violencia. 

Poco a poco, el argumento se convierte en un festival de horrores que equipara al libro, pero además, profundiza en dilemas mentales y éticos de la Ilustración. Víctor termina por ser asediado por su codicia y arrogancia, mientras la ciencia que le llevó a conseguir su mayor logro, se vuelve contra él. Con un final desesperanzador y angustioso, la cinta es la más cercana al texto original, con el añadido de haber comprendido mejor su mensaje entre líneas. 

La prometida

Pobres criaturas

Este largometraje de Franc Roddam tiene todo para no solo celebrar el libro de Mary Shelley, sino para tomar la historia y encontrar una nueva forma de contarla. Para comenzar, Víctor Frankenstein (interpretado por el cantante Sting), es más parecido a un villano que a un científico atormentado por la culpa. En especial, porque es incapaz de escarmentar luego de comprobar lo temible que puede llegar a ser su necesidad de fracturar el orden de la vida y de la muerte. 

Luego de crear a su criatura (Clancy Brown) y comprobar los límites de su manipulación a la ciencia, intenta de nuevo dar vida. Esta vez, al resucitar a Eva (Jennifer Beals), su amada, que acaba de morir. Pero lo que parece un prodigio de un tipo de tecnología desconocida y en evolución, se convierte en horror cuando el monstruo, intente secuestrar a la joven.

Gradualmente, una interpretación acerca de la bioética, se convierte en una trama terrorífica acerca del dominio, el control y la manipulación. En especial, cuando Eva comience a comprender el misterio de su existencia y también, lo que eso puede significar, a la vista del engendro que la persigue en las sombras. 

Frankenweenie

Pobres criaturas
"Frankenweenie" (PICTURED) SPARKY. ©2012 Disney Enterprises, Inc. All Rights Reserved.

Este animado de Tim Burton es una demostración la fascinación que el director siente por la obra de Mary Shelley. Pero más allá, su exquisita comprensión acerca de los temas que la obra toca por medio de la ciencia ficción. En esta ocasión Victor Frankenstein (Charlie Tahan) es un niño con talento para la ciencia. Un punto que parece del todo fortuito hasta que su perro Sparky (Frank Welker) muera. Es entonces, cuando el pequeño, incapaz de aceptar la muerte de su mascota, se atreverá a llevar a cabo el más disparatado experimento. 

Por supuesto, toda la filmografía de Burton está basada en el análisis del prejuicio al diferente y al dolor de la soledad. Frankenweenie — no en vano, se basa en uno de sus primeros mediometrajes — pero, aun así, en esta ocasión la sensibilidad del director sobre temas retorcidos, es más notoria. 

De la muerte, al luto, la ausencia, a la perversión de los ideales. El guion de John August basada en la idea del realizador, logra explorar en los debates que propuso Shelley desde una perspectiva fresca. Mucho más, cuando al final, la gran pregunta acerca de quién puede — o debe — dar vida queda sin respuesta. Un guiño al resto de la obra de Burton que sorprende por su inteligencia. 

Eduardo Manostijeras

Pobres criaturas

Otra cinta de Tim Burton para la lista y esta vez, una de las emblemáticas de su repertorio. La historia de Eduardo Manostijera se ha convertido en uno de los romances góticos preferidos del cine. Y en especial, en el origen de buena parte de la propuesta estética de su director. Pero en esencia, es un homenaje a la obra de Mary Shelley, a la que dota de una sensibilidad pesimista y tétrica, acorde con la trama original. 

Además, el relato tiene todo para ser el epítome de un tipo de romanticismo tenebroso que marcó una época. Eduardo (un jovencísimo Johnny Depp) es una criatura encerrada en un castillo con una tragedia a cuestas. La de haber quedado incompleto luego de la muerte de su creador (Vincent Price, en actuación especial), que intentó dar vida a un ser imposible. Aunque tiene la apariencia de un muchacho, tal y como indica su nombre, sus manos son afiladas tijeras. Lo que lo convierte en un monstruo peligroso a su pesar.

Todo se hará más complejo, cuando una amable samaritana del pueblo próximo le lleve a su casa. Allí, Eduardo conocerá a Kim (Winona Ryder), de la que se enamorará perdidamente. Por supuesto, un relato semejante tiene un final trágico, pero Burton supo cómo también hacerlo menos agrio. Lo que convierte a la película en una joya rara dentro de las adaptaciones de Frankenstein

The Rocky Horror Picture Show

Pobres criaturas

Jim Sharman tomó el musical del mismo nombre — que, a su vez, adapta el libro de Mary Shelley — para narrar una premisa extravagante y que hizo historia. El Doctor Frank-N-Furter (Tim Curry), un científico travesti, intenta crear un hombre perfecto y a la vez, satisfacer su sardónico deseo de belleza. 

El resultado es Rocky Horror (Peter Hinwood), que, además, tiene la mitad del cerebro de un delincuente juvenil. Como es de esperarse, el resultado es una aventura delirante, en la que el sexo, la identidad de género y la sexualidad se volverán terrenos de interés para la película.

Como adaptación del texto origen, la cinta es brillante e ingeniosa. Pero es su capacidad para la burla y la ironía sobre los roles sociales, la cultura y la necesidad de la búsqueda de placer, lo que hace al argumento un clásico. También, una demostración que la obra de Mary Shelley es un escenario fértil y amplio, para todo tipo de premisas. Incluso las más delirantes. 

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