La cinta La sociedad de la nieve, narra una de las peores tragedias de Latinoamérica. El director Juan Antonio Bayona, dedicó tiempo a recrear en detalle el libro homónimo de Pablo Vierci, publicado en el 2008. Por lo argumento cuenta, de una manera mucho más precisa que otros tantos intentos cinematográficos, lo ocurrido luego de la caída del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya. A la vez, hizo algo que otras producciones pasaron por alto. La de incluir talento argentino y uruguayo para interpretar los roles principales de los sobrevivientes. Además, grabar en español, lo que ha permitido que el argumento alcance un nivel de realismo y cercanía con el suceso que cuenta por completo nuevo.
Pero Bayona fue más allá en su interés por rodar una cinta que homenajeara tanto a los fallecidos como los supervivientes de lo ocurrido. Para ello, viajó a los lugares reales para tomas panorámicas y también, analizó varios de los testimonios del grupo en profundidad. Desde tomar en cuenta las condiciones climáticas de la época, la ambientación de ropa y objetos, recreación de imágenes, hasta los posibles cuadros médicos de los supervivientes. Nada faltó en este retracto impactante acerca de un suceso que sorprendió y escandalizó al mundo entero.
Sin embargo, uno de los detalles conmovedores de la película, fue incluir a varios de los sobrevivientes como extras y en cameos en escenas de especial relevancia. La decisión del realizador permitió, así, rendir tributo al hecho a partir de un punto de vista emocional. Al mismo tiempo, dejar claro que lo que se muestra en pantalla es lo más cerca a la verdad que la ficción puede ofrecer.
De los 16 sobrevivientes, tres aparecen en secuencias claves de la película. Te contamos cuáles son y la relevancia que tiene el hecho que el equipo de producción, haya decidido añadirles como parte de su propia historia en la pantalla. Un fenómeno cinematográfico curioso, que sin duda aporta sentido y significado a los dilemas morales y éticos que plantea la película. Así como su discutida verosimilitud.
Carlos Páez Rodríguez
El joven tenía dieciocho años en el momento en que terminó perdido en la cordillera de los Andes y debió luchar por sobrevivir. Era parte del equipo de Rugby Old Christians. En La sociedad de la nieve, puede vérsele interpretando por breves minutos a su padre, el pintor uruguayo Carlos Páez Vilaró.
La escena muestra el momento en que el artista, repite con cuidado los nombres de los sobrevivientes. E incluye la acotación: “Carlos Páez, mi hijo”. Para la ocasión, el propio Carlos Páez, encarna a su progenitor, que jamás perdió la esperanza de encontrarle con vida. La anécdota se cuenta en el libro Entre mi hijo y yo, la Luna de Páez Vilaró, publicado en 1982.
Roberto Canessa
Es posible que esta fugaz aparición no sea visible, a menos que el espectador preste atención. Pero, eso no le resta emotividad. En la cinta, una secuencia de varios minutos, muestra el rescate de Roberto Canessa (Matías Recalt), que es sostenido entre varios médicos y enfermeras. A la trastienda, puede verse la figura de un hombre entrecano y de aspecto apacible. Se trata del verdadero Roberto Canessa, que participa así en la recreación de su propia historia.
Con 19 años, el sobreviviente estudiaba segundo año de Medicina y practicaba rugby en sus ratos libres. Gracias a sus conocimientos sobre anatomía y ciencias, se le consideró el médico del grupo durante la tragedia. El grupo de los 16 supervivientes, le considera parte del milagro de haber podido conservar la vida.
Fernando Parrado
También en una aparición breve y significativa, el responsable directo del rescate de los sobrevivientes al fatal vuelo 571, aparece en La sociedad de la nieve. En este caso, en el aeropuerto. Se trata del hombre de mayor, de cabello entrecano, que cede el paso a la actriz Alfonsina Carrocio, que interpreta a su hermana Susana en la ficción, víctima del accidente.
El jugador de rugby de 22 años, sufrió una grave conmoción cerebral, que le mantuvo inconsciente por días enteros. Al final, recuperó la conciencia y luego de dos meses, decidió hacer un recorrido a pie para encontrar ayuda, que sería la clave de la salvación del resto del grupo.