Los amantes de las infusiones insisten en que preparar el té en el microondas es mucho peor que hacerlo en un cazo al fuego, como toda la vida. Puede parecer una apreciación excesivamente purista, pero lo cierto es que hay una explicación científica para su recelo.

De hecho, un equipo de físicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica de China se ha encargado de describir los motivos de tal disparidad y, por si eso no fuera suficiente, ha dado una solución al problemilla del microondas. Todo esto se encuentra en un estudio publicado hoy mismo en AIP Advance.

¿Por qué no sabe igual el té en el microondas?

No importa si recurrimos a métodos actuales o lo hacemos a la vieja usanza. El primer paso para preparar cualquier infusión debe ser calentar el agua. Y, desde luego, físicamente el proceso es muy diferente.

Cuando ponemos un líquido en un recipiente colocado sobre una fuente de calor, tiene lugar un proceso conocido como convección. En este, el fluido que está más cerca del fondo se calienta antes, disminuyendo su densidad y pasando hacia arriba, dejando expuesta al calor una nueva sección de líquido. De este modo, pasado un tiempo, todo el contenido del recipiente se habrá calentado por igual.

En cambio, en el microondas el proceso es diferente. Al someterse a un campo eléctrico que actúa como fuente de calor, todo el vidrio del vaso se calienta rápidamente. Por eso, no se da el procedimiento de convección y la parte superficial del agua queda mucho más caliente que el resto.

Crédito: Baoqing Zeng

¿Tiene esto alguna solución?

En efecto, quienes dicen que el té en el microondas no queda igual que al fuego saben lo que dicen. Hay una explicación científica. ¿Pero en serio tenemos en los tiempos que corren que seguir recurriendo al cazo?

Esa pregunta se la han hecho también los autores de este estudio, por lo que han intentado aportar soluciones. Para ello, han diseñado un revestimiento de plata que se coloca sobre la parte superior del vaso, de modo que bloquea el campo eléctrico en esa zona, igualando la temperatura que alcanza todo el recipiente.

Al leer esto, que a nadie se le ocurra envolver un vaso en papel de aluminio, porque el resultado al meterlo en el microondas es ese que se te está pasando ahora mismo por la cabeza. Nada bueno.

Estos científicos han ideado el revestimiento prestando mucha atención a su geometría, de modo que el metal al contacto con las ondas no llegue a alcanzar la ignición. El resultado es un elemento seguro, que ayudaría a emular los efectos tradicionales al preparar el té en el microondas.

Desgraciadamente, los sólidos no experimentan convección, por lo que esto solo es aplicable a líquidos. Para que las sobras queden tan ricas en este electrodoméstico como quedarían al calentarlas en los fogones sería necesaria más investigación. De hecho, los autores de este estudio no lo descartan. De cualquier modo, y volviendo al tema de los líquidos, aún sería necesario estudiar un poco más el procedimiento para que un revestimiento como el que han ideado llegue al mercado. Hasta entonces, solo nos queda asumir que el té en el microondas tampoco está tan malo. Y que, si no nos gusta, los fogones tampoco tardan tanto. Solo hay que esperar un poquito más.

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