Un mar de agua salada en Ceres ha sido noticia esta semana por aportar la solución a un viejo misterio sobre su superficie. Con sus 940 kilómetros de diámetro, este planeta enano es el más grande de los objetos presentes en el conocido como cinturón de asteroides. Durante años ha resultado interesante por los curiosos puntitos brillantes que se divisaban sobre él. Su origen ha sido un misterio durante años, pero ahora, gracias a un conjunto de siete estudios publicados en Nature, sabemos que se deben al brillo de los cristales de sal.

Es el resultado de una investigación liderada por científicos e varios centros, entre los que se encuentran la NASA, el Instituto Lunar y Planetario de Estados Unidos (LPI) y la Universidad de Münster, en Alemania.

Puntitos de agua salada en Ceres

Entre 2015 y 2018, la nave espacial Dawn, de la NASA, se dedicó a tomar imágenes muy cercanas de la superficie de Ceres. Su objetivo era desentrañar algunos de sus misterios y, efectivamente, así ha sido.

Al analizar aquellas fotografías, estos científicos han podido observar con más detalle que nunca el cráter Occator, en el que se posicionaban esos misteriosos puntos brillantes.

Se trata de una apertura de más de 90 kilómetros de diámetro, que posiblemente se originó por un impacto de gran magnitud. Por lo general, este tipo de cráteres cuentan con una especie de pico en su centro. Occator también lo tuvo, pero por algún motivo terminó resquebrajándose, dando lugar a una apertura, similar a otro pequeño cráter, en su interior. Por allí, según puede deducirse del material obtenido por Dawn, comenzó a emanar a la superficie el contenido de un depósito subterráneo de agua salada. Este último, a su vez, se formó posiblemente por el calor generado por el impacto que dio lugar al cráter. En cuanto al brillo, se debe a que, a medida que el agua sale, se va evaporando, quedando solo la sal, cuyos cristales son los responsables de reflejar la luz.

Pero este no es el único punto de agua salada en Ceres. Los demás están también en el interior de Occator, pero no justamente en ese pico colapsado. Se ha observado que la salmuera se filtra también por diversas grietas y surcos que han ido apareciendo a causa de una inusual actividad geológica.

Único en el sistema solar

Según los estudios recién publicados, estos cúmulos de sal se fueron formando a causa de la evaporación y la sublimación, consistente en el paso directo de sólido a gas. Esto responde a una forma de criovolcanismo, que no se había observado nunca en ningún objeto perteneciente al sistema solar.

Ahora, gracias a la observación concreta de los puntos de agua salda en Ceres, creen que podría haber estructuras similares en otros objetos aparentemente inertes.

Un estudio de la gravedad de este gran planeta enano ha permitido calcular la ubicación de la masa de agua salada. Según esta aproximación, se encontraría 40 kilómetros por debajo de la superficie y tendría varios cientos de kilómetros de ancho. Esto supone buena parte de la extensión total de Ceres. Desde luego, dadas estas últimas noticias, y las de otros estudios que ya habían encontrado los ingredientes necesarios para la vida, vale la pena estudiar la zona más a fondo en busca de algún atisbo de ella. No cabe duda de que ese será el objetivo de futuras misiones.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: