Autor: Laura Priego

Los preparativos de la misión Solar Orbiter comenzaron hace una década pero ha sido hoy el día en el que la ESA (Agencia Espacial Europea), con la colaboración de la NASA, ha lanzado la sonda desde Cabo Cañaveral (Estados Unidos) con dirección al Sol para recoger nueva información sobre el astro durante los próximos 6 años.

El Solar Orbiter de la ESA, de camino al Sol

Gunter Hasinger, director científico de la ESA, ha asegurado que el lanzamiento ha sido "maravilloso" y que parecía que el cohete Atlas V de la NASA, que transportaba la sonda, se dirigía directamente hacia la Luna, ha recogido El Confidencial.

La agencia estadounidense ha sido la responsable del lanzamiento y de uno de los instrumentos. Sin embargo, es la ESA quien lidera la misión y la que más capital ha invertido para su desarrollo. El presupuesto total ha rondado los 1.500 millones de euros, según indica la Agencia Sinc en un artículo.

El principal objetivo que se espera conseguir es observar y fotografiar el Sol más cerca que nunca, en especial, desde sus polos, áreas aún desconocidas para los investigadores. Lo hará adoptando una órbita única dentro de 2 años a una distancia de tan solo 42 millones de kilómetros de la estrella.

"Hasta ahora todos los instrumentos que captaban imágenes solares estaban dentro del plano eclíptico o muy cerca de él", ha señalado Russell Howard, investigador de uno de los 10 instrumentos del Solar Orbiter. "Ahora podremos mirar el Sol desde arriba".

Con esta misión se pretende conseguir información sobre 4 áreas específicas: el viento solar, las regiones polares, el campo magnético y el clima espacial.

"Hace 60 años que sabemos que existe el viento solar pero no sabemos de dónde viene y cómo se propaga por el espacio", ha dicho Yannis Zouganelis, científico que ha participado en la misión, como ha recogido la Agencia Sinc. "También hace 4 siglos que observamos las manchas solares, pero seguimos teniendo muchas preguntas y muchos misterios de la física solar que seguimos sin comprender".

Son 10 instrumentos los que lleva la sonda para completar la meta establecida. 4 de ellos se componen de detectores capaces de medir las partículas y el campo magnético de Sol. Los 6 restantes son telescopios de observación que permitirán una vista más detallada de la estrella.

El hecho de que Solar Orbiter sea la primera nave en portar telescopios y cámaras capaces de tomar fotografías del Sol con una resolución hasta antes nunca vista no es lo único que hace única a esta misión.

"Uno de los retos que tenemos es conectar lo que medimos alrededor de la nave y lo que vemos que está pasando en el Sol", ha contado Anik de Groof, encargada de coordinar las operaciones realizadas con estos instrumentos. "Si medimos un indice de partículas alrededor de la nave superior al normal, paralelamente podemos ver qué está pasando en el Sol o qué ha ocurrido unos días o unas horas antes".

España ha participado de forma activa en dos de los instrumentos utilizados: el Energetic Particle Detector (EPD), encargado de estudiar las partículas del Sol, y el Polarimetric and Helioseismic Imager (PHI), que cartografiará de forma precisa el campo magnético de la estrella.

"Es la primera vez en la que equipos españoles se encuentran a la cabeza de dos instrumentos a bordo de una misión espacial", ha comentado Jose Carlos del Toro, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). El IAA ha trabajado junto al Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar en Alemania en el desarrollo y construcción del PHI.

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