*1917* es una de las grandes candidatas a triunfar en los próximos Premios Oscar. La película escrita y dirigida por San Mendes opta a 10 estatuillas, en competencia directa con Joker y El Irlandés.

1917 está ambientada en la I Guerra Mundial, en concreto en el frente francés, y narra la historia de dos soldados que deben cruzar la tierra de nadie para entregar un mensaje de vital importancia para uno de los batallones aliados. Sin embargo, como ha contado el propio Mendes, la película no se basa en una batalla concreta, sino en una historia que le contó su abuelo, quien luchó en el conflicto, y que recuerda desde niño.

En cualquier caso, 1917 supone la primera gran candidatura del género bélico a mejor película desde *En Tierra Hostil*, que se llevó el Oscar en 2009 con una trama ambientada en la Guerra de Irak. Y es que, aunque las grandes batallas y las historias de soldados han sido una ambientación más que mascada y explotada por el cine moderno, hacía bastante tiempo que el género no gozaba de tanto lustre por parte de la Academia.

Así es la cámara fabricada especialmente para ‘1917’ y que ha hecho posible su rodaje

Lejos quedan los años 90, donde desde 1993 a 1996 cuatro películas que incluían algún componente bélico (o anti-bélico) se encumbraran con la estatuilla a mejor cinta del curso. Estas fueron: La lista de Schindler (1993), Forrest Gump (1994), Braveheart (1995), y el El paciente inglés (1996), década que se completaría con las también candidatas aunque no ganadoras Salvar al soldado Ryan y La delgada línea roja, ambas de 1998.

Más atrás quedan los años 70 y 80, aquellos que conformaron algunos de los títulos que se vienen a la mente cuando hablamos de películas bélicas basadas en los principales conflictos del siglo XXI: las también galardonadas con el Oscar *Platoon (1986) y Patton (1970) y las icónicas Apocalypse Now (1979, La Chaqueta Metálica*(1988).

¿Qué guerras hemos visto más en el cine?

Pero antes de responder esta pregunta deberíamos encontrar acomodo sobre qué consideramos cine bélico o de guerra. ¿Toda aquella narración que tiene lugar en un tiempo en el que hay un conflicto armado? ¿Solo aquellas que muestran escenas de batallas? ¿O solo las que se centran en conflictos modernos, dejando las guerras medievales o antiguas dentro del cine de época?

El consenso no existe sobre esto, aunque algunas preguntas nos pueden dar alguna orientación: *¿Podemos considerar a Casablanca una película bélica por ambientarse en la II Guerra Mundial, o como un drama romántico y de espías? ¿Es Braveheart cine bélico aunque nos cuente una guerra del medievo? ¿Es Malditos Bastardos* cine de guerra aunque no veamos ninguna gran batalla en su metraje?

Lo dicho, es complicado, pero los principales aglutinadores y bibliotecas de cine virtuales como IMDb hablan de un total de 10.843 película bélicas o ambientadas en una guerra en su base de datos. En concreto una media de 87 al año si tenemos en cuenta la invención del cinematógrafo en 1895.

Pero volviendo a la pregunta anterior, ¿qué Guerras han sido las más populares a la hora de ver en pantalla? Y como cuesta poco adivinar, la II y I Guerra Mundial ocupan el podio junto con la Guerra Fría. En el siguiente gráfico y la tabla posterior puedes ver las guerras más mostradas en el cine y su número de películas, según la base de datos de Filmaffinity:

Con 2.340 títulos, la Segunda Guerra Mundial se lleva la palma, seguida de la Primera (458), la Guerra Fría (223) y Vietnam (180) y Corea (107) en las primeras posiciones, todos conflictos o bien globales o donde tuvo un peso principal Estados Unidos, que ejerce su hegemonía como centro del cine mundial.

Entrando en el cine de época la Guerra de Secesión norteamericana vuelve a aparecer (107). A partir de ahí siguen los conflictos con Estados Unidos como actor fijo y se abre la manija con la Guerra Civil Española (que este mismo año ha tenido dos nuevos representantes con Mientras dure la Guerra y La trinchera infinita), o la de los Balcanes.

En las primeras posiciones aparecen también conflictos cuyas cifras están infladas por mercados locales, como la Guerra Chino-Japonesa -que cuenta con su propia guerra fílmica entre ambos países- o la de las Malvinas, con una pródiga producción en Argentina.