La Unión Europea anunció una nueva reglamentación que facilitará la reparación de electrodomésticos en donde los fabricantes deberán ofrecer piezas hasta por un lapso de 10 años. Esta nueva legislación, que entrará en vigor a partir de 2021, aplicará a productos como refrigeradores, lavadoras, lavavajillas y televisores.

Los fabricantes tendrán que ofrecer piezas de reparación durante 7 años para refrigeradores y 10 años para lavadoras, lavavajillas y televisores. Estas deberán entregarse en un lapso no mayor de 15 días hábiles, deberán ser compatibles de usar con herramientas disponibles en el mercado sin dañar el electrodoméstico.

Los usuarios podrán acudir a un taller independiente para realizar la reparación. Para mejorar el mercado, los fabricantes deben garantizar la disponibilidad de información sobre reparaciones y mantenimiento profesional.

La medida llega después de la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU llevada a cabo hace unos días, y de las protestas en todo el mundo por el cambio climático. La Comisión Europea dice que la mejora del diseño ecológico de los productos contribuye a implementar el principio de "Eficiencia energética primero", y que por primera vez se incluyen requisitos de reparabilidad y reciclabilidad en estas medidas.

Mejorar la vida útil de los productos, el objetivo

De acuerdo con Monique Goyens, directora general de la Asociación Europea de Consumidores, los nuevos requisitos de reparación ayudarán a mejorar la vida útil de los electrodomésticos que actualmente "fallan demasiado rápido". La obsolescencia programada y el nulo derecho a reparar son dos factores cruciales que provocan que los usuarios terminen descartando un producto, algo que tiene un impacto en el medio ambiente y en el bolsillo del consumidor.

La Comisión Europea estima que estas medidas, junto a las etiquetas energéticas que se adoptaron en marzo, ahorrarán hasta 167 TWh por año para 2030, que corresponde a una reducción de más de 46 millones de toneladas de CO2. Los hogares europeos se ahorrarán, en promedio, 150 euros por año, que se suman a los 285 euros que se evitan gracias a los requisitos existentes de diseño ecológico y etiqueta energética.

Chloé Fayoe, directora de programa y estrategia de la ONG ECOS, dijo que brindarle a los europeos el derecho de reparar los productos que poseen es de sentido común.