Se esperaba su llegada a España a lo largo de 2019, y quizá una expansión por otras geografías internacionales, entre las que se encontraban varias regiones de Latinoamérica. La realidad es que no les ha dado tiempo ni a salir de sus fronteras. A través de un comunicado, el conocido Netflix del cine MoviePass ha anunciado el cierre de su negocio. Era una idea demasiado bonita para ser cierta y viable.
La idea, sobre los papeles, tenía todo el sentido. Pagar una tarifa plana de algo menos de 10 dólares por entrar al cine sin límite y con la opción de ver todas las películas de estreno en cualquier momento. Ese precio que tanto gustó a los usuarios fue el motivo de espanto de las propias salas, las cuales consideraban inviables tales tarifas. MoviePass quitó el miedo a las salas de una manera simple a la par que arriesgada: los precios de las entradas serían subvencionados. Es decir, la diferencia entre el coste real y el pagado por el usuario saldría de las arcas de la compañía. Así se fundieron 21 millones de dólares. Pronto se quedaron sin fondos.
La compañía tenía todo el perfil de Netflix, porque de hecho comparten fundador. Cuando la plataforma de streaming se quedó pequeña, Mitch Lowe decidió ir a un sector cuanto menos cerrado: el del cine. Ante esta tesitura, algunas de las grandes distribuidoras le quitaron la palabra a los cines asociados a MoviePass. No les gustaba la idea de depreciar sus caros productos y, de hecho, muchos de ellos terminaron planteándose una demanda. AMC entre ellos.
Pese a todo, la compañía consiguió recaudar 1,5 millones de dólares en una ronda de financiación en 2011 y 2,2 millones en 2014 para financiar su actividad. En 2018, durante su año más complicado, también lograba levantar 63 millones de dólares.
Pero los problemas comenzaron a llegar a lo largo de 2018 y, más concretamente, en 2019. Una tarifa demasiado agresiva, que muchos definían como baja, para captar clientes ponía en jaque la salud financiera de la entidad. Tanto así que la fiscalía de Nueva York ya anunció una investigación contra Helios y Matheson, matriz de MoviePass a finales de 2018, cuando la entidad registraba 100 millones de dólares en pérdidas a lo largo del segundo trimestre del año. Según la fiscalía, estas cuentas se habrían modificado para maquillar resultados.
El comunicado de MoviePass anuncia el cierre de la compañía sin remedio. De hecho, esta dejaba de operar el 14 de septiembre de este mes de forma oficial. Pero la realidad dice otra cosa: desde hacía meses, la compañía ya no aceptaba nuevos usuarios y los existentes tampoco podían hacer uso de su suscripción. Era un zombie que había pasado por varios aumentos de tarifa para intentar sobrevivir a su precaria situación. También llegaron los recortes en el volumen: solo una película por semana.
Se encontraron, además, con un enemigo que no tuvieron en cuenta: las tarifas planas de los propios cines. ¿Para qué se iban a asociar con una compañía que servía a varias cadenas de cine? Si las grandes compañías eran capaces de "secuestrar" a los clientes en toda su red de establecimientos el negocio estaría hecho. Terminó pasando lo inevitable. Si a eso le sumamos el poder que están teniendo las grandes compañías de streamig, cada vez más numerosas y con contenido mucho más potente, el efecto huida de las salas de cine está servido.
De momento, según adelanta Techcrunch MoviePass no da todo por perdido y anuncian que se plantean una reorganización de la compañía con la idea de seguir operando. Para los usuarios, por otro lado, ya está todo perdido.