Avengers: Infinity War, constituye quizá la obra más esperada de las que se han rodado hasta el día de hoy en el Universo Cinematográfico de Marvel. Es por muy buenas razones: se revela como un brillante espectáculo de aventuras y acción en el que los espectadores tendrán mucho que procesar al salir del cine.
Después de que los hermanos Joe y Anthony Russo nos entregasen dos de los mejores filmes de esta triunfante saga superheroica, Captain America: El Soldado de Invierno (2014) y Captain America: Civil War (2016), a ninguno de sus seguidores puede extrañarle que les encargaran las dos nuevas entregas con el protagonismo gozoso de los Vengadores en pleno.
Lejísimos están en nuestra memoria sus primeros largometrajes, de los que ni el tato se acuerda ya si es que alguna vez tuvo noticia de ellos. La aceptable comedia negra Welcome to Colinwood (2002) y el despropósito cómico y romántico de You, Me and Dupree (2006), a cuyas copias habría que empapar de combustible para cohetes espaciales y prenderles fuego. No debería extrañarnos en absoluto que sus artífices aprobasen la hoguera.
Con estos antecedentes, que Marvel Studios apostara por este par en capítulos tan importantes del Universo Cinematográfico de Marvel no puede ser calificado más que como un riesgo difícilmente comprensible y una osadía.
Pero los Russo fueron la decisión acertada para 'Avengers: Infinity War'
No cabe duda de que su elección fue acertada, algo en lo que a todas luces debe reafirmarse uno tras disfrutar como de una entretenida atracción de feria, y padecer la angustia de nuestros héroes sobrehumanos preferidos durante la película.
Durante Avengers: Infinity War unen sus fuerzas con los hilarantes protagonistas de Guardianes de la Galaxia, igual de bien entonados aquí, porque no hay más remedio ante la tragedia inconcebible que se avecina. Para eso cada uno de los individuos de esta tropa es súper y todo ese rollo del difunto Ben Parker sobre lo del gran poder que conlleva una gran responsabilidad. Pero, eh, amigos; que no se os ocurra acomodaros demasiado en vuestras butacas porque de veras que os vais a enterar de lo que vale un peine.
Y los hermanos Russo no regresan solos a este campo de batalla universal, en el que por fin se explican enigmas que la saga llevaba arrastrando desde Iron Man 2 y, sobre todo, de Avengers, y que se habían expandido en casi toda película posterior.
Los guionistas son Christopher Markus y Stephen McFeely, quienes fueron los responsables de los de Captain America: El primer vengador, Thor: Mundo Oscuro y las ya mencionadas Capitán América: El soldado de invierno y Capitán América: Civil War.
Como no existen motivos razonables para romper la fórmula ganadora que han establecido con los Russo, repiten firmando el guion de Avengers: Infinity War para calma de los productores y sus chequeras. Y, sí, para mayor contento de los espectadores leales, todo hay que decirlo.
Porque lo que han logrado estos juntaletras y los hermanos directores no es nada fácil. Teniendo que manejar a un reparto mastodóntico, con decenas de personalidades carismáticas construidas en las dieciocho películas anteriores, han sabido montar la totalidad de las escenas proporcionándole a cada uno lo que le corresponde.
Sin desniveles de protagonismo, respetando la idiosincrasia de todos ellos y sorteando felizmente la posibilidad de que la participación de alguno nos sepa a poco. Un auténtico trabajo titánico cuyo fruto sorprende por la naturalidad con la que estos personajes de mundos diferentes interactúan los unos con los otros.
Esto último supone una de las grandes virtudes de la saga marvelita desde Avengers, pero elevada a la enésima potencia en el gratificante y movido desfile de superhéroes que es Infinity War.
No hay nada simple en 'Avengers: Infinity War', esto es muy serio
Y olvídense los que esperen un simple y divertido paseo por la galaxia porque, desde la secuencia inicial, nos dejan bien claro, sin contemplaciones, que la lucha en esta ocasión es realmente una cosa muy seria y que van a suceder hechos de suma gravedad para todos los implicados.
No es que el humor se esfume, tranquilos, lo hay en la cantidad debida y lo saboreamos mucho. Pero el alcance del décimo noveno filme del Universo Cinematogáfico de Marvel no tiene parangón. Como quizá tampoco el ritmo sostenido en las secuencias paralelas de acción del último tercio, que no permiten respiro alguno ni evadirse de la impresionante guerra sin cuartel que estamos contemplando en pantalla.
Siempre con un denominador común: el Thanos de Josh Brolin al que ya habíamos tenido el honor de conocer en el primer volumen de Guardians of the Galaxy.
Este villano universal se aleja por completo de los arquetípicos: no es malvado y punto, sino que su personalidad entraña aristas suficientes como para resultarnos de mucho interés, a la misma altura que sus motivaciones, por muy taradas y brutales que sean.
Brolin cumple en la piel enfermiza de este sujeto feroz, igual que el resto de actores: Robert Downey Jr. como Tony Stark, Chris Evans interpretando a Steve Rogers, Benedict Cumberbatch como Stephen Strange, Chris Pratt encarnando a Peter Quill, Chadwick Boseman como T’Challa, Elizabeth Olsen en los zapatos de Wanda Maximoff, Chris Hemsworth como Thor, Zoe Zaldana poniendo rostro a Gamora y Paul Bettany como Visión.
Por otro lado, Alan Silvestri se defiende con su partitura pero no encandila como últimamente en Ready Player One. Y tal vez cuesta un poco aceptar que, habiendo conseguido los Russo y su equipo transmitir aquí una sensación de desesperanza, ellos parecen carecer del virtuosismo audiovisual o del talento necesario para que dicha sensación se nos meta en las entrañas. Los golpes colosales que nos propinan no nos afectan tanto como sería de esperar. Si bien, por fortuna, nada de esto puede tirar por tierra el radiante espectáculo de Avengers: Infinity War.
Conclusión
En definitiva, apena que tengamos que aguardar un año entero para que se estrene el siguiente filme tal como ha concluido la tercera aportación de Joe y Anthony Russo al Universo Cinematográfico de Marvel, que puede ser considerada una de las cinco mejores junto con las dos precedentes de Avengers y las dos secuelas de Capitán América. Ahí queda dicho.