En el corazón de Teotihuacán, la ciudad prehispana considerada como una de las grandes urbes del mundo antiguo, científicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han encontrado los restos de una "dama de élite". Bautizada como la "mujer de Tlailotlacan", el personaje es uno de los que presentaba la mayor cantidad de modificaciones corporales encontrados hasta la fecha en la metrópoli teotihuacana. Según los resultados presentados por el INAH, los restos muestran una deformación craneal que no era típica de la región del Altiplano Central mexicano donde se sitúa Teotihuacán, sino del sur de Mesoamérica. La cabeza de la mujer de Tlailotlacan debió de lucir alargada, como consecuencia de una modificación del tipo tabular erecta que se logró mediante una compresión fronto-occipital muy extrema.

Los restos encontrados refuerzan la idea del carácter cosmopolita de Teotihuacán, ciudad prehispánica a la que llegaron personas foráneas para servir y detentar poder

Aparte de esta deformación, la mujer de la élite del Barrio Oaxaqueño, que vivió hace unos 1.600 años, contaba con una serie de curiosas modificaciones dentales. Por un lado, los investigadores han hallado incrustaciones de pirita en los incisivos superiores y, por otro, se ha observado una prótesis de serpentinita en forma de incisivo inferior. De acuerdo con los resultados, la dama pudo llevar estas prótesis durante mucho tiempo porque se han visto signos de desgaste y formación de sarro en estas piezas dentales.

"Fue una persona única”, que falleció alrededor de los 35-40 años de edad, señaló el antropólogo físico Jorge Archer Velasco. La dama hallada en Teotihuacán, cuyo entierro estudian ahora los científicos del INAH, pudo realizarse estas modificaciones dentales mediante una técnica conocida como taladrado en el esmalte. Es precisamente este hallazgo el que da pistas sobre el origen de la misteriosa mujer de Tlailotlacan, ya que este método ha sido reportado en la zona maya, en la región del Petén y Belice. Ahora los antropólogos evalúan si estas piezas de minerales se añadieron con algún tipo de cementante o usando una fibra que la sujetara a la mandíbula.

Teotihuacan
Materiales cerámicos encontrados en los restos arqueológicos. Crédito: Aldo Díaz Avelar / INAH.

Verónica Ortega, subdirectora del sitio arqueológico, explicó que el descubrimiento de la mujer de élite se produjo durante unas excavaciones realizadas en un predio de la colonia El Mirador, en el poblado San Juan Evangelista, en Teotihuacán. En el período prehispánico aquí se asentó el conocido Barrio Oaxaqueño, denominado también Tlailotlacan, que significa el de la "gente de tierras lejanas". El proyecto de investigación abarca cerca de 800 metros cuadrados, que se han dividido en tres zonas arqueológicas. En particular, fue en el denominado TL6, bajo el piso de una habitación, que vieron una cista o espacio excavado de forma rectangular, en cuyo interior estaba el esqueleto extendido de la mujer y una ofrenda de 19 vasijas.

De acuerdo con los datos recogidos de la excavación y los materiales cerámicos asociados, los científicos sugieren que el evento funerario debió ocurrir entre los años 350-400 de nuestra era. Los restos encontrados sirven para reforzar la idea del carácter cosmopolita de la ciudad de Teotihuacán, que pudo llegar a albergar a más de 1.300 personas foráneas. Los extranjeros no venían sólo en calidad de servidumbre, sino que también acudieron a esta urbe prehispánica individuos que incluso detentaron posiciones de poder. Así lo indica también el descubrimiento de esta milenaria mujer de élite, incluida en esas gentes de prestigio que vivieron y cohabitaron en los considerados como uno de los más famosos vestigios arqueológicos de México, reconocidos desde 1987 como Patrimonio Mundial de la UNESCO.

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