Unos 20 años y miles de imágenes han sido necesarias para componer un impresionante vídeo timelapse. Impresionante por que muestra como a 260 millones de años luz de aquí, en el interior del enorme chorro de materia expulsado por un agujero negro, dos masas chocan a casi la velocidad de la luz en un evento cósmico increíble. Y podemos verlo con nuestros propios ojos gracias al telescopio Hubble y el enorme trabajo que lleva haciendo desde hace décadas por explorar el espacio que podemos observar. Este pequeño vídeo puede que no parezca demasiado impresionante para haberse obtenido tras veinte años de tomar imágenes. Pero si tenemos en cuenta que estamos viendo directamente uno de los procesos más grandiosos del universo, deberíamos sentir un cosquilleo por dentro, como mínimo.
Observando el accidente
Imaginad un agujero negro supermasivo. Unas tres veces con más masa que el agujero negro que tenemos en la vía láctea, por ejemplo (o unas 11.500.000 veces el sol, más o menos) pero encerrado en un diámetro como desde el sol a mercurio. A su alrededor tiene un disco colosal de materia girando a toda velocidad. Es lo que conocemos como disco de acreción. Esta materia está a una temperatura increíblemente caliente, convirtiéndose en plasma, una sopa atómica donde las moléculas no paran de moverse de un lado a otro. Si pudiéramos tocarla (cosa que es imposible), se parecería a un líquido muy, muy brillante. Tan brillante que nos dejaría completamente ciegos. La radiación que emite una materia tan energética es indescriptible. De hecho, tanto, que podemos verla desde aquí, a tanta distancia.
Es más, debido al gigantesco efecto electromagnético que provoca, las partículas subatómicas son lanzadas en "chorros" extragalácticos de un tamaño descomunal. Precisamente, lo que estamos viendo es cómo en el interior de uno de estos chorros, que en NGC 3862, la galaxia en cuestión de la que hablamos, se pueden observar en el rango de luz visible. La materia expulsada se agrega por culpa de la gravedad formando "nudos" de materia, más densos. Lo que se aprecia en el vídeo es la colisión entre dos de estos nudos en un choque galáctico al 98% de la velocidad de la luz, provocando un evento de proporciones épicas. Tras chocar, los nudos se convierten en uno solo, indiferenciado, que sigue desplazándose a una velocidad inmensa, expulsados por el agujero negro que los vio nacer.
En los alrededores de un agujero negro
La verdad es que los choques entre los nudos, dentro de los chorros extragalácticos, no son nada raros. ¿Entonces, qué tiene de especial el vídeo? La maravilla de esta investigación es poder ver con nuestros propios ojos uno de los eventos más salvajes del universo. No mediante la teoría o usando otro tipo de técnicas que "traduzcan" la radiación a algo que podamos entender. No. Estamos viendo "de verdad" como chocan dos masas inimaginablemente grandes y veloces chocar, como si fuésemos los testigos de un accidente cósmico. Los chorros extragalácticos se suelen observar en rayos X o en longitudes de radio. Solo unos pocos se detectan en luz visible; y hasta ahora nunca se había visto el choque entre nudos. A nivel científico este vídeo Estamos viendo "de verdad" como chocan dos masas inimaginablemente grandes
permite estudiar mucho mejor qué pasa en el interior de los misteriosos chorros extragalácticos. Porque todavía no terminamos de entenderlos.
La colisión, por ejemplo, permite estudiar como la energía del choque se disipa en radiación, una oportunidad rara y que nos ayudará a descubrir más detalles sobre la evolución de las galaxias y la materia. Por otro lado, aunque existen varias teorías de cómo un agujero negro es capaz de expulsar materia en estos tremendos haces, todavía no entendemos del todo el mecanismo. Los chorros extragalácticos tienen propiedades y comportamientos muy curiosos. Por ejemplo, parecen desplazarse varias veces más rápido que la velocidad de la luz. Pero esto es solo una ilusión óptica (nunca mejor dicho) debida a la alta energía con la que se desplazan y al estar tan cerca de nuestro límite de visión. Los investigadores están bastante satisfechos con el hallazgo, pues abre nuevas puertas a un universo que no para de brindarnos sorpresas, día tras día. Y para los que no somos astrónomos, tal vez no sea tan fácil entender que implicaciones científicas puede tener este descubrimiento. Pero de lo que sí que podemos estar seguros es de que estamos viendo algo único, inimaginablemente espectacular y, sin duda, increíblemente bello.