Con la creciente subida del precio de la luz en España debido a, entre otras cosas, los problemas de suministro de gas procedentes de Argelia, principal proveedor de gas a España con una cuota del 59%, la eficiencia energética, no solo en nuestros hogares, sino en las grandes plantas industriales se vuelve primordial a la hora de ajustar los beneficios anuales de la industria.

Existen diferentes sistemas inteligentes disponibles en el mercado para reducir el consumo energético de las grandes superficies industriales, uno de ellos es el desarrollado por Siemens para GESTAMP, empresa multinacional encargada de la fabricación de autopartes de metales para fabricar automóviles más ligeros. El innovador sistema de Siemens monitorea el consumo de energía en tiempo real en las 14 fábricas de GESTAMP distribuidas por España, Alemania, Reino Unido, Francia y Polonia, y permite no solo reducir el gasto en electricidad, sino las emisiones C02 de sus plantas en un 15%.

El cloud computing se convierte en la herramienta esencial sobre la que gira este tipo de sistemas inteligentes. Al conectar toda la infraestructura con la nube, se permite, a través de una seria de algoritmos basados en los patrones de consumo, identificar y advertir sobre el mal funcionamiento energético de los equipos, y dando un paso más allá, analizar los datos para definir mantenimientos predictivos.

La digitalización será la llave encargada de abrirnos la puerta de la cuarta revolución industrial. Esta nueva revolución, al igual que la electrificación, revolucionará sectores como la industria, la energía, las infraestructuras o el transporte. La actuación rápida y efectiva de empresas privadas y administraciones públicas permitirán sacar el máximo partido de esta nueva realidad.

Industria 4.0 - Fotografía: Roland Berger.

Las plantas inteligentes que ejemplifica esta nueva revolución industrial, nos acercan a un escenario en el que las máquinas se organizan de manera autónoma y se comunican entre sí, mientras las órdenes se aplican directamente. Estamos en los inicios de la cuarta revolución industrial, un paso más que viene marcado por la digitalización de los procesos de producción, gracias a la introducción del Internet de las cosas, y el uso de nuevos materiales. La industria 4.0 llega para solucionar retos como: ciclos de desarrollo más cortos, aumento de la complejidad procesos de producción, mayor coste de la energía y requisitos medioambientales más estrictos. Con todo ello se espera dar respuestas más rápidas y eficientes a la demanda del mercado.

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