A lo largo de los últimos años, comprar gama media ha sido, en la mayoría de casos, sinónimo de adquirir cada vez mejores terminales, pero con un gran denominador común: el de grandes compromisos en áreas tan importantes como el diseño, la cámara, la autonomía o la resistencia al agua. Con la línea A 2017, y en concreto con el Samsung Galaxy A5 (2017), la compañía quiere desterrar esos prejuicios con un terminal que no sólo destaca en esas áreas, sino que destaca por sí sólo en el mercado.

El Samsung Galaxy A5 (2017) sorprende al ser agarrado por primera vez. Más que un hermano pequeño de los Galaxy S7, de los que le separan varios puestos, parece un terminal llamado a competir por el mismo hueco de mercado. Esto no habla mal del Galaxy S7, sino por el contrario, muy bien del Galaxy A5 (2017). Samsung ha aprendido todo lo que ha funcionado en sus terminales estrella en los últimos años y lo ha democratizado, desde el metal hasta la trasera curva, tan icónica y pionera en el Galaxy Note 5.

Tras pasar un tiempo con él, cada usuario se acostumbrará a sus virtudes, pero lo que más sorprenderá con el tiempo, cuando se haga necesario, aunque puede serlo en el día uno, es la resistencia al agua y al polvo. Es cierto que no es una característica nueva, se ha vivido en terminales de esta gama como el Samsung Galaxy S5, pero la comparación no es justa a favor de la familia Samsung Galaxy A (2017), pues en primer lugar se trata de terminales que cuentan con un precio de lanzamiento menor, y sobre todo, llega sin ningún punto flaco.

Terminales como los Galaxy S5 no llegaron con una construcción sólida y robusta como la que ofrece, en vidrio y metal, el Samsung Galaxy A5 (2017). Además de esto, la familia Galaxy A (2017) cuenta con altavoces potentes que ven reducido su volumen a causa de la protección al agua y al polvo y, sobre todo, no requieren de incómodas tapas protectoras para el puerto de carga, en este caso USB-C.

La protección de los Galaxy A (2017) no es tampoco menor por ser gama media. Se trata, por el contrario, de la misma certificación IP68 que podemos encontrar en sus hermanos mayores. Esto quiere decir que es totalmente inmune a la entrada de polvo y agua. Ello quiere decir, por ejemplo, que se puede llevar sin preocupación a la playa, donde incluso entrando en contacto con la arena no sufriría ningún percance. Cuando se trate de inmersiones en el líquido, Samsung afirma que son resistentes en un plazo máximo de 30 minutos sumergidos a una profundidad de 1.5 metros.

Como modelos superiores, la familia Samsung Galaxy A (2017) tiene resistencia al agua.

Tener un smartphone con esta resistencia no quiere decir que haya que hacer mal uso de ella o forzarla, pero sí ganar tranquilidad ante los típicos derrames de líquidos domésticos, o ante las comunes caídas en arena y barro en el campo. La familia Galaxy A (2017) es, en ese sentido, sinónimo de tranquilidad para todo tipo de usuarios, desde el usuario más convencional hasta exigentes deportistas de riesgo. Además, en ocasiones en las que no se cuente con cámaras acuáticas, la resistencia al agua posibilita que los terminales tomen fotografía y vídeo debajo del agua, algo impresionante.

Con los Galaxy A (2017) estamos, por tanto, ante unos terminales mredondos, pues cada uno de sus apartados ofrece al usuario una experiencia que está prácticamente al máximo nivel. Ya era hora de tener un terminal con una gran cámara, una excelente pantalla y una gran protección accesible para el gran público. Este terminal es la respuesta de Samsung a quienes eso demandaban.

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