La depresión es un trastorno bastante serio que afecta a individuos de cualquier edad y clase social. Dicha enfermedad fue documentada por Hipócrates que, en ese entonces, la nombró "melancolía". Dado que se camufla como una aflicción solamente emocional, los tratamientos para la depresión a lo largo de la historia van desde rituales mágicos hasta distintos tipos de dietas especiales.
Antes del nacimiento de la psiquiatría moderna, la depresión era considerada una enfermedad sin importancia que solo afectaba a mujeres, niños o ancianos. La realidad es que entre el ocho y el quince por ciento de personas padecerá de algún episodio depresivo a lo largo de su vida. Se proyecta que, para el año dos mil treinta, la depresión sea la causa número uno de discapacidad.
A pesar de estas cifras contundentes y del masivo post de Wikipedia acerca de la depresión, este trastorno mental no deja de ser considerado por la mayoría como una aflicción menor.
Por culpa de prejuicios de este estilo, muchas personas viven sus vidas sin la más mínima idea de que sufren de una enfermedad tratable, llegando a pensar más bien que son débiles y que todos los demás simplemente nacieron felices.
Como sucede con otras cosas difíciles de comunicar, el arte constituye una gran herramienta para ilustrar y expresar asuntos demasiado complejos para explicar con palabras.
Siendo un síndrome bastante intenso y pernicioso, la depresión ha sido el objeto de estudio de incontables artistas a lo largo de la historia. El ejemplo más trascendente y reciente es el de Lars Von Trier con sus dos películas "Melancholia" y "Antichrist", en las cuales expresa las terribles dificultades que causa esta enfermedad mental-
A continuación verán obras de arte similares. Pinturas llenas de tristeza, ejecutadas con una inmensa pasión y virtuosismo. Que no se diga más, estos cuadros hablan a gritos.
