Una realidad como la que se está viviendo en Siria en este momento es imposible de entender para cualquiera que no haya vivido algo bastante similar. No importa lo comprensivos que creamos que somos, un conflicto de ese calibre es una experiencia muy extrema para ser aprehendida con la mera imaginación.

A continuación les presentamos una serie de fotografías (acompañadas con sus respectivas historias) que muestran el efecto que ha tenido la guerra en los más jóvenes. Niños que lo han perdido todo en segundos, forzados a vivir una vida condicionada por los caprichos de los adultos que debían haberlos protegido. Todas las imágenes de este artículo pertenecen a Magnus Wennman.

Iman, 2 años de edad

Este es el tercer día de Iman en una cama de hospital. La otrora feliz pequeña sufre de neumonía y de una infección en el pecho.

Mohammed, 13 años de edad

Mohammed todavía sueña en convertirse en arquitecto, incluso acostado en una cama de hospital. Proveniente de Aleppo, ha visto como sus edificios preferidos se convertían en escombros.

Ralia, 7 años de edad y Rahaf, 13 años de edad

Ralia y Rahaf perdieron a su madre y a un hermano, producto de una granada. Durante un año han dormido en las calles de Beirut, la ciudad a la que huyeron con su padre.

Amir, 1 año de edad

Amir nació como refugiado. A pesar de tener casi dos años, su madre afirma que nunca ha dicho una palabra. Cree que sufrió de algún trauma cuando estaba en su vientre.

Walaa, cinco años de edad

Para Walaa, la hora de dormir le trae recuerdos de los ataques a su ciudad natal de Aleppo. Su madre usa almohadas para construir fuertes para ella, le trata de comunicar que ya no tiene por qué sentir miedo de la noche.

Ahmed, 6 años de edad

Mientras los adultos hacen planes para evadir a las autoridades en Hungría, Ahmed duerme en la grama. Luego de que su padre fuera asesinado en el norte de Siria, Ahmed ha estado caminando con su familia, cargando su propio bolso.

Sham, 1 año de edad

Sham es cargado por su madre. Se encuentran a centímetros de la frontera cerrada de Hungría. El día antes estuvieron a punto de entrar en un tren que transportaba refugiados a Austria.

Lamar, 5 años de edad

Una bomba destruyo la casa de Lamar en Baghdad, pero todavía recuerda sus juguetes. Cruzó el mar de Turquía hasta Hungría con su familia. Ahora duerme sobre una sábana en un frío bosque.

Fara, 2 años de edad

Fara dejó atrás su hogar y a su verdadero amor, el fútbol. Su padre trata de mantener vivo su amor por el deporte, fabricando pelotas con cualquier material que encuentra.

Mahdi, 1 año de edad

Mahdi solo conoce la guerra y la huida. Mientras duerme, cientos de refugiados a su alrededor discuten con la policía Húngara en la frontera. Cuando despierte, la policía atacará a los refugiados con gas lacrimógeno y cañones de agua.

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