Recuerdo leer un comentario en Facebook respecto al famoso suceso de los Oscars que decía así: "Cuando terminé de acostar a las chicas les expliqué por qué La La Land no debió ganar esta noche, me acerqué al televisor nuevamente y no podía creer lo que estaba pasando".

Hermoso, ¿verdad? Muchos podemos ver el penoso accidente como uno de los momentos salvadores de una aburrida ceremonia, pero hay muchísimo más de donde cortar.

La victoria de "Moonlight" dice más de nosotros mismos que de las absurdas políticas de la Academia. Debemos pensar que si una película merece galardones a mejor cinematografía, mejor director y mejor actriz por nombrar algunos, ganar mejor película está fuera de los planes. Al parecer la categoría se ha desligado de cualquier logro artístico en los últimos años.

Ya sabemos quién fue el verdadero culpable

Errores en este tipo de premiaciones salen a la luz muchos años después de que las gloriosas estatuillas de oro han sido entregadas, y poco tienen que ver con sobres equivocados.

Pongamos de ejemplo al filme "Do the Right Thing" uno de los pilares en lo que podríamos llamar "cine de minorías", presentaba el racismo americano que seguía presente a finales de los 80s y lo hacía de una manera monumental. Menos recordada por la historia es su contraparte "Driving Miss Daisy", donde Morgan Freeman actúa de chófer y nos muestra como ese racismo era una cosa del pasado. La gran diferencia entre ambas no recae en la veracidad de los hechos, sino en que la segunda posee el Oscar a Mejor Película en los Oscars 1990.

Esto llevó a una búsqueda incesante por una atroz palabra conocida como "políticamente correcto", que malinterpretó casos anteriores en toda su magnitud.

—Racismo, ¿dónde? Warner Bros

Debemos preguntarnos cómo veremos a estas ganadoras en 50 años, qué habrá pasado con nuestras opiniones en un contexto social totalmente diferente, y así sabremos en verdad por qué nos gustan las películas. Como cualquier otro arte, las condiciones alternas no vienen incluidas en la obra.

Hemos dado en Hipertextual una útil guía práctica para dejar tus opiniones políticas en la entrada del cine, y creo que todavía tenemos mucho por hacer.

Quizás una verdadera disminución de los pederastas católicos con acciones legales concretas nos harían ver a "Spotlight" como una decente película sobre el periodismo, que si bien fue vista por su santidad, no cambió considerablemente un problema que debería ser tratado en la calle y las cortes.

Desde que se estrenó la película muchas más víctimas se presentaron

Diría Sacha Pfeiffer, una de las periodistas involucradas, pero eso es suficiente para otorgar un galardón a Mejor Película. O peor aún, ¿aquello lo hace mejor película que "The Revenant", "Room" o "Mad Max: Fury Road"?

Prefieres ver a estos nerds en sus computadoras o peleas de carros con guitarristas flameantes. Anonymous Content

Ahora está la edición de este año, con un poco de progreso pero muchísimo más drama. Algunos criticaron a "La La Land" por ser demasiado blanca, otros por no contener una cantidad considerable de personajes transgénero, y esos alienígenas pretendieron que nos creyéramos la mentira original de no haber bailado en ninguna canción.

Algunos criticaron a "Moonlight" por ser algo deshonesta al final, otros pensaron que simplemente no se merecía el premio al final y esos alienígenas pretendieron que creyéramos que los Oscars no se están dejando llevar por lo políticamente correcto.

En 50 años veré ambas películas y pensaré: "Cuando terminé de acostar a las chicas les expliqué por qué La La Land...", lo siento, olvidé el resto —quizás ya esté muerto para ese momento—. Y en eso se encuentra mi punto, poco de esto llegará a importarnos en algunos años.

Por lo menos debieron haber seguido el ritmo con los pies. Black Label Media

Si todavía dudan y quieren meter el dedo en mi llaga debo recordarles algunos simples hechos para ponerlos en perspectiva.

En la mayoría de listas que tratan de ubicar "Las mejores películas de todos los tiempos" conseguiremos algunos sospechosos habituales: "El Triunfo de la Voluntad", "El Acorazado Potempkin" y "Soy Cuba", la particularidad de este trío es que cada una es una película de propaganda. Tratan al Nazismo y Comunismo de repúblicas totalitarias con un filtro hermoso, y nos demuestran que su mensaje político va más allá de un segundo plano para darle paso a sus bellas imágenes, sonidos y sentimientos.

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