Hace menos de un mes publiqué un artículo sobre poemas de infames genocidas y dictadores de la historia, como es usual con muchos de mis escritos, fue publicado y olvidado en menos de un par de días.

Mi sorpresa surgió cuando volvió a ser compartido en el Facebook de Hipertextual y contó con una buena porción de comentarios que variaban en cuanto a lenguaje y recepción. Entre aquel que me llamaba un escritor de pacotilla —el insulto más ingenioso que he escuchado en mi vida— y el otro que no paraba de escribir pequeñas notas de amor sobre Fidel Castro, me encontré con esto:

EEUU asesino millones y millones de personas, hombres, mujeres y niños de todas las razas, religiones y culturas... Dejen de desinformar hipertextual, hoy es mucha la gente que se atreve a investigar por si misma ... Hitler no fue el genocida que nos dijeron toda la vida, los bolchejudios, los comunistas chinos, los britanicos y los norteamericanos son los mayores genocidas de la historia".

Lo que me hizo preguntarme dos cosas: ¿Me acabo de encontrar con un hombre que conoce la verdad absoluta? o ¿Este hombre tiene acceso a la biblioteca prohibida del Vaticano?

—Hay mucha gente que se atreve a investigar por sí misma...

Como pude suponer la respuesta fue ninguna de las anteriores, consiguiendo una respuesta un cuanto certera en los comentarios de mi hermano —otro escritor de Hipertextual—:

Lol. Mao se desprestigió solito con toda la mier@* que hizo".

Pero más allá de molestarme con una persona que básicamente está obviando uno de los episodios más oscuros de la humanidad porque Estados Unidos es supuestamente peor, decidí rendirle honor investigando por mí mismo —ya que obviamente existe una máquina que lo solía hacer por mí— y encontré cierta evidencia perturbadora.

Al parecer el peor genocida de la humanidad poseía un lado cálido que la historia ha encubierto, encontrando después de años de investigación el perfil de Facebook oculto de Adolf Hitler. Finalmente podrán conocer la verdadera cara de un hombre que además de asesinar a más de seis millones de personas y ser la imagen que encuentras en el diccionario al buscar la palabra dictador, era divertido en las fiestas.

La amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso, hay que salvarla como sea —con Partido Nazi

Lea Zejac y Mira Kniaziew, dos amigas que sobrevivieron juntas el holocausto nos hablan de su experiencia:

"Ni bien entramos en Auschwitz se sabía lo que nos esperaba porque las cámaras de gas trabajaban 24 horas, los crematorios trabajaban 24 horas".

Todo despegue es opcional. Todos los aterrizajes son obligatorios —con Luftwaffe

Testimonio del sobreviviente del Holocausto Chain Ferster:

"Se podían ver los aviones alemanes. Los nazis invadieron Sosnowiec muy rápidamente", contó Ferster a la BBC. "Recuerdo que los judíos estaban verdaderamente preocupados sobre todo lo que estaba a punto de suceder". "No teníamos medicación. La gente se estaba muriendo y la vida era muy difícil. Y en un momento dado, reunieron a varios líderes de la ciudad y les dispararon. Así, sin más".

Mira dos veces para ver lo justo. No mires más que una vez para ver lo bello —con Adolf Hitler

Rita Berkowitz después de ganar un concurso de belleza que premiaba a las sobrevivientes del genocidio nazi:

"El objetivo no era ganar, sino que la gente hable de la Shoá [Holocausto] porque tenemos miedo de que, una vez muertas, a nadie le interese recordar qué pasó".

Me alegra tener tu amistad pero quisiera ser algo más, llegar al fondo de tu corazón y hacerte feliz con mi amor —con Club de Fans de Hitler en Austria

La autora Myrna Goldenberg habla de los numerosos casos de violación reportados durante el Holocausto:

"Tenemos que seguir diciendo que esto no era la norma. Este no fue el Holocausto. El asesinato de judíos fue el Holocausto", dice. "Sin embargo, está mal asumir que el tema es intocable. Las mujeres fueron torturadas y violadas. ¿Cómo no hablar de eso? ¿Cómo no reconocerlo?".

Aunque el tiempo transcurra de prisa, la Navidad nos deja eternos instantes —con Generales de la SS

La sobreviviente Neus Catalá nos narra la noche de navidad en el campo de concentración Holleischen:

"Con el cuerpo y el alma doloridos, lejos de los nuestros, sin esperanzas de verlos, engrandecidos los recuerdos, celebramos la noche de Navidad. Las católicas celebraron una misa sin comunión y las no creyentes, que también habíamos colaborado en la confección de un hermoso altar. Después nos repartimos nuestros trocitos de pan, ampliando el círculo de familias y haciendo el payaso las de siempre".

Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro —con niños de Alemania

Testimonio de Bedrich Steiner después de sobrevivir a la "Máquina de la Muerte" en su temprana edad:

"Recuerdo cuando nos liberaron…", dice y pone pensativo su índice en los labios. "Tenía 14 años". "Regresamos a pie hasta Checoslovaquia. Nos llevaron a un asilo porque no teníamos a dónde ir. No teníamos casa, no había familia, yo iba solo. Era de los pocos chicos". "Allí tuvimos que volver a aprender a comer con tenedor; nos ayudaron a recordar cosas".

Un país, una civilización, se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales —con Animales de la residencia

La sobreviviente Judith Klein nos cuenta su traslado al campo de concentración Auschwitz:

"Nos llevaron en un tren de carga de animales, eran vagones llenos, cada uno con 70, 80 personas, no sé, pero no teníamos asiento, ni comida, ni agua. Y cuando empieza a partir el tren, yo jugaba en el tren, tenía en ese tiempo 17 años, y hasta cantaba, lento y más rápido, pero después empecé a escuchar gritos de agua, los niños empezaron a llorar, unos peleaban con otros, peleaban todos...".

Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee

El escritor alemán Erich Kästner narra como fue convocado a la quema de sus propios libros por oficiales Nazis:

Y en el año 1933 quemaron mis libros en la gran plaza al lado de la Ópera del Estado, por un tal señor Goebbels con pompa festivo fúnebre... Los libros seguían volando hacia el fuego. La diatriba del pequeño granuja mentiroso siguió sonando. Y las caras de la guardia marrón de estudiantes, los barbiquejos por debajo de la barbilla, siguieron mirando al frente sin cambio, hacia las llamas y el salmodiante, gesticulante diablillo".

El verdadero amor supone siempre la renuncia a la propia comodidad personal —en Obersalzberg

Testimonio de la sobreviviente del Holocausto Raquel Gedallovich :

"Dormíamos en camarotes [literas dobles], sin colchón ni almohadas, una al lado de la otra. Era imposible moverse por las noches. Para bañarnos hacíamos fila, no teníamos toallas y el jabón estaba hecho de la misma grasa de la gente que cremaban. Comíamos una vez al día, un pedazo de pan seco con mermelada. Recuerdo que primero nos daban la mermelada y del hambre que tenía, me la comía antes de que me dieran el pan (risas). Era comida de ganado".

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