¿Alguno recuerda aquella película de Wolverine donde su factor de regeneración empezaba a fallar y todo eran charlas depresivas? Pues imaginemos por un segundo que Logan termina convirtiéndose en una enorme masa de hielo, y que después de 800.000 años, empieza a morir lentamente —una película a la que sigo esperando ansioso—.
Incluso más de lo que llevamos en existencia como raza, el hielo ha sido parte permanente del Ártico y como ese factor regenerativo, está empezando a desaparecer.
Y lastimosamente no podremos sacar ninguna película mientras estamos ocupados corriendo de las nuevas condiciones meteorológicas que el cambio drástico traería consigo.
Ese deshielo del que tanto se habla toma cabida cuando se alcanza una preocupante disminución —la segunda peor de hecho—, y sólo puedo pensar en que no existirá una nueva etapa para el Ártico donde regrese por una última vez en una nueva secuela titulada simplemente: "Ártico".
Greenpeace ha dirigido una campaña dedicada a que esto no pase, y entre otros asombrosos esfuerzos, el colaborador y fotoperiodista Christian Åslund ha decidido recolectar fotografías de Svalbard, Noruega y compararlas a las que se tomó en el mismo sitio en el 2002. Casi 100 años de diferencia, y parece que las actividades petroleras de la región han llegado a cambiarla completamente, siendo vital que las compañías que extraen este tipo de materiales enfrenten un juicio justo al respecto.
Te recomendamos ver las fotografías e inmediatamente firmar la petición para salvar al Ártico de una vez por todas. Con esperanza podremos volver a tener al mismo Wolverine de antes y recuperar siglos de secuelas —recuerden siempre imaginarse al personaje como un enorme bloque de hielo que empieza a derretirse, siempre ayuda en los malos ratos—.