De todas las novedades que integra el nuevo iPhone X, los Animojis se están convirtiendo, indudablemente, en la más atractiva para las masas. No ha transcurrido ni una semana desde la puesta en venta del producto y ya hemos podido ver a algunos de estos emoticonos animados convertirse en Rajoy, Don Omar e incluso Queen.

Para lograr este seguimiento tan preciso de los movimientos faciales, Apple hace uso de los mismos elementos que emplea para el reconocimiento facial. Este sistema proyecta miles de puntos invisibles sobre el rostro humano, toma imágenes con la cámara frontal y genera un modelo matemático del rostro que permite identificar a sujetos individuales y hacer un preciso seguimiento de sus movimientos.

El éxito de estos Animojis ha sido tan alto en redes sociales que incluso ha nacido una cuenta de Twitter dedicada única y exclusivamente a publicar contenidos de este tipo.

Sin apenas intervención por parte de Apple, la fiebre creciente por los Animojis se está convirtiendo en una campaña de publicidad fantástica para el iPhone X, que llegó a las tiendas el pasado viernes 3 de noviembre. Además de esta característica, el nuevo teléfono de Apple también integra un sistema de reconocimiento facial (que reemplaza al lector de huellas dactilares), un poderoso chip A11 Bionic, pantalla OLED sin marcos y una de las mejores cámaras fotográficas del momento.

El precio del iPhone X es de 1.159 euros en su versión de 64 GB. Supera ligeramente la barrera de los 1.300 euros en su versión de 256 GB de almacenamiento.

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