Guy Kawasaki es una de las voces más destacadas del mundo emprendedor, no solo por su experiencia laboral, también por considerarse como uno de los evangelizadores más populares del momento. Bastante reacio a conceder entrevistas a los medios, Guy Kawasaki ha adoptado el papel de predicador de las bondades del emprendimiento, intentando que el mundo vea a las nuevas tecnologías e ideas como algo universal.

Consiguió convencer a medio mundo de que el Macintosh era algo que había que tener en un hogar y ha seguido con los emprendedores a través de su perfil como escritor en alguno de sus muchos libros: "El Arte de cautivar", “Rules for Revolutionaries”, "The Art of the Start” o “How to Drive Your Competition Crazy”.

Su último trabajo va de la mano de Canva, que justo hoy ha anunciado que desembarca en España. Un software de diseño gráfico que ya ha alcanzado a diez millones de usuarios en 179 países. El objetivo de la startup australiana es permitir que usuarios sin conocimientos específicos puedan crear diseños en segundos. ¿Cómo influyó su tiempo en Apple en toda su carrera en general y en sus libros en particular, que se han posicionado como los más importantes del mundo del emprendimiento?

Apple supuso una enorme influencia para mí; en particular Steve Jobs. Aprendí que los clientes no pueden decirte qué es lo que necesitan, que el diseño importa y que motivar a la gente es un gran modelo de negocio.

Después de todo, Apple, con Steve Jobs, por aquél entonces ya había dejado de ser un startup, ¿verdad?

Ya no era una startup, pero tampoco era una compañía vieja y “pesada”, tampoco. La División Macintosh era una especie de startup dentro de Apple. Muchas de las lecciones de la División Macintosh se aplican a los emprendedores porque la razón de que tuviera éxito fue que tenía un gran producto. Un gran producto o servicio es el corazón del emprendimiento y no captar fondos o el marketing.

Wikimedia"La suerte suele seguir al trabajo duro, lo cual no creo que sea una coincidencia"¿Por qué los emprendedores han recibido la tarea de transformar el mundo?

Si no lo hacen los emprendedores, ¿quién lo hará? Las grandes compañías tienen que mostrar constantemente beneficios a corto plazo. Están preocupadas con que lo que hacen encaje con lo que han hecho anteriormente. Estos dos factores por sí mismos limitan la habilidad de las organizaciones de transformar el mundo.

Si es así, ¿cómo pueden las compañías transformar el mundo?

La respuesta corta es: “de cualquier forma que sean capaces”. No hay un camino correcto o incorrecto. Solo hay lo que funciona y lo que no funciona.

La tecnología reduce costes para los emprendedores y hace sencillo alcanzar grandes audiencias; pero, por otro lado, ahora mismo muchas startups nacen cada día. ¿Cuál es el secreto para alcanzar atención y no ser “una más”?

Los emprendedores no pueden tener las dos cosas. O es difícil empezar una compañía, de tal forma que poca gente lo hace; o es sencillo empezar y mucha gente lo hace. Si esperas al momento perfecto para que el mercado crezca, que no haya competencia, que tengas un equipo de primera clase y todo el dinero que necesites, entonces nunca empezarás una compañía.

El mundo de las startups ha cambiado mucho desde que usted abandonó Apple y comenzó a centrarse en el emprendimiento. ¿Cómo ha evolucionado su discurso, sus consejos y su forma de afrontar la tarea del emprendimiento?

El mayor cambio es es que el coste del emprendimiento es mucho menor. Prácticamente todo lo que un emprendedor necesita (herramientas, infraestructura, marketing…) ahora es mucho más barato o gratuito. Puedes, incluso, utilizar la financiación colectiva para conseguir fondos. Las barreras han bajado mucho.

¿Hay alguna “ciencia exacta” para las startups? Seguramente intervenga mucho la suerte…

No hay una “ciencia exacta” en absoluto. Es mucho mejor tener suerte que ser inteligente, aunque la suerte suele seguir al trabajo duro, lo cual no creo que sea una coincidencia.

Usted es inversor de capital de riesgo y normalmente los inversores buscan un buen plan de negocio detrás del prototipo. Pero en muchas entrevistas, usted se enfoca exclusivamente en el prototipo per se; ¿por qué eligió esta postura?

Ya no soy inversor; me dedico a ayudar a Canva a democratizar el diseño. Sí que he hecho mucho énfasis en la fase de prototipo, sin embargo, para los emprendedores. Es porque la expectación y las charlas terminan cuando envías el prototipo. A la gente, entonces, le gusta o no. Esa es la verdadera prueba; no si puedes tener un buen tono o conseguir financiación.

Hay voces que hablan de un parón a nivel global de rondas de inversión, de grandes valoraciones de startups, etc. ¿Qué se esconde detrás de esta “resaca”?

Siempre se habla de algo: la subida de las inversiones, la caída de las inversiones… No importa demasiado si eres un emprendedor. O te lo crees o no te lo crees. O lo intentas o no lo intentas. O te embarcas o no te embarcas. O vendes o no vendes.

Las estadísticas grandes y globales no importan. Todo lo que importa es si tienes éxito.

¿Cree que compañías como Uber o Airbnb se mantendrán en su lugar de crecimiento?

No lo sé; no soy clarividente.

Hay un panorama floreciente en España para las startups. ¿Cuál es su opinión (ventajas, retos, carencias…) sobre las startups españolas?

No sé mucho sobre startups en España, pero “el mundo es plano”. He conocido a emprendedores de muchos países, y tienen más similitudes que diferencias. Ser de Silicon Valley no es necesario o suficiente. Ser de España no parará a un verdadero emprendedor.

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