Si quieres que la gente sea más amable, introduce a Batman en sus vidas. No es broma. Es la conclusión de un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán.
En dicha investigación, se hizo a una mujer con una prótesis que simulaba un embarazo subir a un metro abarrotado. El objetivo era comprobar cuántas personas decidían cederle el asiento. Incluso más que una cuestión de ser amable o no, se trata de civismo puro. Cualquiera debería hacerlo, pero todos sabemos bien que no siempre es la normal.
De hecho, hubo bastantes personas en el metro que no se levantaron al ver a la embarazada. Sin embargo, si había cerca alguien disfrazado de Batman, el porcentaje de personas que se mostraban amables con esta mujer subía increíblemente. ¿Cuál es el motivo? ¿Tienen miedo a que el hombre murciélago se enfrente a ellos como si fuesen el mismísimo Joker? En realidad no. Se trata más bien de una cuestión psicológica.
¿Cómo subió el porcentaje de gente amable cuando Batman estaba presente?
Las cifras lo dicen todo. En un 37,66 % de las repeticiones del experimento hubo alguien que cedió su asiento a la embarazada. Eso, sin Batman presente. Sin embargo, al añadir a Batman a la ecuación la cifra escaló hasta un 67,21 %.
La embarazada y Batman subieron al metro por puertas distintas. Ni siquiera lo hicieron en la misma parada. Los viajeros no podían relacionarlos. De hecho, cuando después se les entrevistó, hubo varios que dijeron que ni siquiera habían visto al hombre disfrazado. Aun así, los efectos fueron claros.

¿Cuáles pueden ser los motivos?
Los autores de este estudio creen que Batman puede hacer que la gente sea más amable simplemente porque les saca de su bucle mental. A veces, cuando alguien no cede su asiento no lo hace de mala fe. Simplemente está absorto en su mundo y no se para a racionalizar el hecho de que hay alguien que necesita mucho más ese sitio. Por ejemplo, puede estar absorto en un libro o un podcast. Una embarazada forma parte del ambiente, no rompe con esa normalidad que le rodea.
Sin embargo, cuando ocurre algo muy inusual, el cerebro sale del bucle y presta atención a esa novedad. Es algo normal. Evolutivamente estamos preparados para analizar situaciones anormales por si pudiesen ser peligrosas. En este caso es más gracioso o curioso que peligroso, pero igualmente el cerebro cambia de foco.
Y es ahí, con el bucle detenido, cuando el cerebro puede prestar atención al medio que le rodea. Incluyendo a la embarazada. Posiblemente, eso es lo que hace que haya más personas que deciden cederle el asiento con Batman presente.
Sí que es cierto que esto podría cuadrar menos con quienes dicen que no vieron a Batman. Pero puede que, inconscientemente, sí percibieran el revuelo ambiental. Porque, reconozcámoslo, aunque estamos acostumbrados a ver de todo en el metro, un hombre disfrazado de Batman siempre llama la atención.
Otra hipótesis con menos peso
Los autores del estudio creen que también podría ser que algunas de las personas que se mostraron más amables con Batman cerca lo hicieran porque asociasen la presencia de un superhéroe con los valores culturales y las normas de “ayuda caballeresca”. Aunque esto parece menos probable, especialmente para quienes ni siquiera vieron a Batman. De todos modos, quieren comprobarlo repitiendo el estudio con nuevos personajes asociados a distintos concepciones. Por ejemplo, ¿pasaría lo mismo si en vez de Batman fuese Darth Vader? Con la primera hipótesis sí, pues igualmente sería algo normal. En cambio, con la segunda no debería haber diferencias, pues no se asocia con buenos valores. Al contrario.

Pronto lo sabremos. Mientras tanto, puesto que seguro que te estarás preguntando por qué una universidad invierte medios en subir a Batman al metro junto a una embarazada de mentira, cabe destacar que entender dónde nace nuestra amabilidad y, sobre todo, cómo funciona la abstracción de nuestro cerebro puede tener muchas aplicaciones en el ámbito de la psicología. Si además se hace con un experimento simpático, mejor que mejor. La ciencia no consiste solo en batas blancas y personas pensativas y ceñudas. La ciencia también es esto.
