Durante el MWC 2014 pudimos asistir a la rueda de prensa que Mozilla dio el domingo 23 en Barcelona. En ella se presentaban los nuevos terminales con Firefox OS, como el ZTE Open C, así como el nuevo Firefox OS por 25 dólares. Si una de las grandes vocaciones con las que nació la plataforma móvil de Mozilla basada en la web era la de acercar los smartphones a los mercados emergentes, este terminal de 25 dólares es el máximo exponente.
Que España demande WhatsApp no significa que sea una demanda universal.
Mientras tanto, oí algunas voces apuntar a que "sin WhatsApp, esto no vale de nada". Yo mientras pensaba en lo ombliguista que es un planteamiento así. Sí, WhatsApp en España es la madre de todas las aplicaciones. Pero oh, sorpresa, España no es el mundo. Y Mozilla no estaba diciendo en ningún momento que a ti, español como tantos otros, sea a quien está ofreciendo ese terminal por 25 dólares.
A alguien de Sudáfrica, de India, o de Nigeria, por decir tres países en vías de desarrollo, no le importa nada que tenga o no tenga una aplicación específica. Le importa que alguien le está dando la oportunidad de tener un smartphone, con acceso a mensajería instantánea (la vida más allá de WhatsApp), redes sociales, cámara o correo electrónico entre otros, por un precio que no le supone varios meses de su sueldo íntegro.
Firefox OS será la puerta de acceso a internet para muchos ciudadanos de países en vías de desarrollo. WhatsApp no les importará.
En Nigeria el salario mínimo mensual está en torno a 90 y 100 dólares mensuales para los funcionarios. En India, entre 60 y 140 dólares mensuales. Para sus ciudadanos, ofrecer un Asha, un Lumia de entrada de gama, un Android o un Nokia X por unos 100 dólares es pedirles su salario mensual completo.
Ahí entran opciones como Firefox OS, o el Nokia 220, o nuevas que vendrán pronto. Según Strategy Analytics, dentro de tres años habrá 1.000 millones de nuevos usuarios en internet. Una buena parte de ellos, de estos países.
Firefox OS no estará sola a la hora de ofrecerles puertas de acceso a internet en forma de smartphones asequibles. Lo último que les importará es si tienen o no tienen una sola aplicación. Pensar en estos países asumiendo que tienen las mismas necesidades que España es un error de base. Pensar que una plataforma está condenada por no tener WhatsApp es creer que sólo hay una realidad, la que alcanza el ángulo de visión propio.