Como todo lo que tiene hype en exceso, su caída parece el doble de importante. Este es el caso de Ouya, que en 2012 significó toda una revolución para el universo del crowdfunding al haber recaudado la cifra de 8,5 millones de dólares. Para ese entonces, era el segundo proyecto con más financiación de este tipo.

Las dudas sobre la consola habían empezado aún antes de que comenzará a llegar a los primeros compradores que habían envíado su dinero a través de Kickstarter a principios de 2013, cuestionando su hardware y el poco apoyo por parte de los desarrolladores.

Estaba claro que la mini-consola Android no iba a poder competir con las propuestas de los tres gigantes de la industria (Sony, Nintendo, Microsoft) pero las esperanzas para esta recidían en un nuevo mercado que hasta hace poco había estado completamente alejado de los videojuegos y hoy eran la mayoría: los gamers casuales que provocan cada cierto periodo fenómenos como el de Angry Birds o Flappy Birds.

Lamentablemente para quienes teníamos esperanza de que una consola no perteneciente a uno de los grandes fabricantes y concretado con el apoyo de la comunidad del crowdfunding se concrete y tenga éxito, los primeros análisis de Ouya no podían dejar de señalar su mando de control deficiente y falta de títulos.

¿Cuál es el futuro de Ouya?

La información que está circulando, con altas chances de ser realidad en mi opinión, es que Ouya pasará a enfocarse en el software. La consola ha demostrado no ser negocio y aunque la primera tanda vendida a través de Kickstarter fue masiva, los consumidores dejaron de verse atraídos luego de las primeras críticas de medios especializados en la temática.

El futuro de Ouya será comercializando una plataforma llamada Ouya Everywhere que permitirá a fabricantes aprovechar el ecosistema de la consola (apróximadamente 600 títulos) en sus productos.

Recientemente los encargados del producto habían lanzado una actualización del hardware del equipo pero el avance de la tecnología móvil, campo en el que incluiría a Ouya, es demasiado rápido para que una pequeña empresa como esta pueda mantenerse en lo último y ofrecer lo que los consumidores quieren.

De todas maneras, actualizar la consola de año año dudo que sea lo que estos quieran. El éxito de las consolas tradicionales se ha basado en gran parte en sus ciclos de vida de casi 10 años, que aseguran que la gran inversión hecha en esta nos prometa un buen flujo de novedades por un década.

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¿Que necesita una consola Android para tener éxito?

  • Apoyo de Google: si quieres desarrolladores, la mejor manera de hacerlo es que Google tenga intenciones de impulsar las consolas como una nueva plataforma donde utilizar su sistema operativo. Fragmentarlo y no incluir Google Play es desventaja para el usuario, y una tarea más para los desarrolladores.
  • Ganancias que justifiquen la inversión de los desarrolladores: este último observamos una creciente cantidad de videojuegos para móviles con modelo freemium o basado en publicidad. Si las plataformas móviles significan poco dinero para el desarrollador de videojuegos, este no va a tener intenciones de invertir su tiempo en lanzar nuevo títulos.
  • Ser más económicas: estas consolas no son costosas, pero se necesita que sean todavía más económicas. Sobre todo cuando por un poco más puedes obtener una Playstation 3, Xbox 360 o Wii con catálogos atractivos de la todavía no muerta anterior generación de consolas.
  • Innovación: una consola con una plataforma nueva tiene infinitas posibilidades de innovación, sin embargo los creadores de Ouya fueron por una opción conservadora, ¿por qué no una consola Android que en vez de los clásicos mando de control utilicen un smartphone como este, con todo lo que se puede crear aprovechando la tecnología que tienen?
  • Funcionar como un completo centro multimedia: si por un precio menor el consumidor puede comprar una consola que a la vez le reste la necesidad de comprar un centro multimedia, tan necesarios estos días para acceder a las librerías digitales de contenido sea local o vía streaming, se vuelve un producto más tentador.

¿Y si no necesitamos consolas Android?

En la era donde smartphones de 200 dólares cuentan con la potencia que una computadora tenía hace no tantos años parece ridículo tener que necesitar de otro dispositivo para disfrutar de un videojuego en la televisión.

¿Por qué no una conexión entre el smartphone y la TV, donde este funcione como control y la televisión reproduzca lo envíado por el smartphone? No dudo que son cosas que personas de la industria han pensado, pero es algo complicado de concretar. Una apuesta arriesgada con beneficios no muy claros.

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