iPhone

Ya os hemos a hablado de lo básico que habría que saber cada vez que se discute sobre seguridad en iOS. Pero si queremos tener un dispositivo lo más limpio posible debemos también repasar algunas nociones básicas para que podamos controlar mínimamente la posibilidad de amenazas. Hoy vamos a verlo de forma práctica y sencilla.

Hábitos y costumbres de seguridad en iOS

seguridad en iOS

Hay que entender que mantener la seguridad en iOS es una cuestión basada en nuestros comportamiento. Muchos usuarios no dan importancia a las acciones que realizan con sus teléfonos o al peligro que tiene esto. "¿Y que va a querer un hacker de mi?", "Yo no uso nunca mi tarjeta de crédito desde el teléfono" o "A mi me da igual que se queden con mis fotos" son algunas de las frases que se pueden escuchar a menudo. Un dispositivo comprometido facilita a que otros también sean amenazados Las amenazas son muchas más de las conocidas por la mayoría de los usuarios quienes no son conscientes de todo lo que puede pasar. Además, un teléfono que ha comprometido su seguridad en iOS supone una mayor facilidad para que otros teléfonos también sean amenazados. Según lo que nosotros hagamos y cómo lo hagamos podemos evadir la gran mayoría de las amenazas que se nos echan encima y así poner a salvo tanto nuestro teléfono como el de los demás.

Actualizar

Un teléfono actualizado es un teléfono que está a la última en arreglos. Eso no quiere decir que se haya solucionado todo fallo de seguridad en iOS existente, pero sí más que en la versión anterior. Pero no solo nos quedemos en el sistema operativo. Normalmente con iOS las actualizaciones son completamente automáticas pero nunca está de más volver nuestra atención hacia las aplicaciones. Tener la costumbre de revisar la existencia de actualizaciones tanto en nuestras Apps como de nuestro sistema operativo, por ejemplo, una vez por semana es una manera de asegurar nuestro dispositivo ante posibles amenazas.

Comprobar lo que instalamos

Como bien os explicamos la semana pasada, varios estudios avalan el hecho de que la mayoría de amenazas están relacionadas con las aplicaciones. Asegurarnos de que estas no ponen en compromiso la seguridad en iOS es una cuestión vital. En primer lugar hay que pensar muy detenidamente qué necesitamos y para qué. Cuantas menos aplicaciones menos vulnerabilidades y por tanto menos posibilidad de comprometer nuestro teléfono. Tener Las Apps son la mayor fuente de amenazas a la seguridad en iOSaplicaciones que no utilizamos instaladas o instalar sin criterio alguno es un camino perfecto para poner en peligro la seguridad de nuestro dispositivo.

Otro detalle importantísimo es que debemos comprobar la fuente. Con los dispositivos conectados a internet en todo momento es muy sencillo, antes de instalar nada, echar un vistazo a la empresa o desarrollador que está detrás de la App. Si no nos da confianza suficiente lo mejor será prescindir de la App. Es muy importante saber que la confianza no debe basarse solo en "valoraciones" o descargas aunque en la Store de iTunes es un campo muy cuidado en este aspecto. Existen claros casos en los que hasta esto falla así que no está de más andarse con ojo.

No compartir nuestros datos ni contraseñas

Esto es primordial. No hay que ser ningún obseso de la seguridad para entender por que: una contraseña conocida por más de una persona automáticamente se convierte en un dato vulnerable de expandirse inconscientemente. El acceso a nuestras cuentas debe ser sagrado y si necesitamos compartir una de ellas lo mejor será crear una contraseña temporal para tal caso. No deberíamos compartir esta información ni si quiera con las personas más cercanas, incluyendo familiares directos, y no por falta de confianza sino por una cuestión de estadística, como hemos dicho. Cuantas más personas conozcan un dato la posibilidad de que este sea divulgado crece de forma exponencial. Por descontado, una cosa que nunca, nunca, nunca se debe hacer es enviar una contraseña y un acceso mediante correo electrónico (a no ser que usemos métodos de codificación) o mensaje instantáneo.

Usar contraseñas seguras

Esto no es nada difícil si usamos algunos trucos. Esto es especialmente crucial con nuestra ID de Apple, la cual debería contar con una clave inviolable ya que es el centro de la seguridad en el ecosistema de iOS. Tener una contraseña de al menos una veintena de caracteres, mezclando números, letras y símbolos es algo incómodo en el teléfono, pero nuestra ID solo habremos de usarla para comprar (o descargar) y en pocas situaciones más. A cambio tendremos una seguridad en iOS mucho mayor y podemos usar una versión de la contraseña más pequeña también segura para otros servicios de uso más común. Otro detalle importantísimo: deberíamos contar con varias contraseñas, aunque sean variaciones de la misma. Podemos usar una frase conocida a la que intercambiarle las letras con un sistema que solo conozcamos nosotros, por ejemplo.

Lo que hay que evitar siempre que sea posible

seguridad en iOS

Ser un poco restrictivo con nuestros dispositivos es un paso en beneficio de la seguridad en iOS. Por supuesto este asunto es complejo ya que evitar estas acciones supone renunciar a algunos (o muchos) posibles beneficios. Por ello lo más coherente es elegir unas medidas que equilibren nuestra comodidad con el respeto de la seguridad sin tener que renunciar a la finalidad de nuestro teléfono: ser una herramienta.

Instalar aplicaciones de origen dudoso o hacer jailbreak

Existen varias posibilidades de utilizar aplicaciones no aprobadas por Apple directamente en nuestros dispositivos. También os comentamos hace poco la importancia crucial de la criba realizada por la compañía de Cupertino a la hora de aprobar la aparición de las Apps en la iTunes Store. Usar aplicaciones no aprobadas por la compañía es una cuestión de elección pero que hay que tener claro que pueden poner en serio peligro la seguridad en iOS. Por supuesto el jailbreak, por ejemplo, no es solo pode instalar cosas de las que iOS no dispone y la cantidad de ventajas a veces supera con creces los peligros. Pero éstos están ahí, y hay que ser muy conscientes de lo que suponen.

Conectarnos a redes abiertas

Tanto si estas son de una entidad pública como si son propiedad de una empresa privada (especialmente en este caso) es muy conveniente evitar conectarnos a las mismas. Podemos ser más confiados y usar redes bajo un certificado de la entidad siempre que este pueda ser verificado o incluso utilizar redes de acceso restringido mediante usuario y contraseña con relativa seguridad. Algunas vulnerabilidades necesitan que estés conectado a la misma red que el atacante para ser explotadas. Otras simplemente las explotan mejor. Evitando estas conexiones nos aseguramos de que no comprometemos nuestro teléfono innecesariamente.

Aceptar cookies sin criterio alguno

Ya os explicamos hace un tiempo qué son, para qué sirven y cómo controlar las cookies desde nuestro dispositivo. Éstas pueden poner en compromiso la seguridad de iOS o de alguno de nuestros datos no solo a nivel ilegal, sino también mediante un uso poco ético e irresponsable por parte de las compañías. Lo mejor es mantener su una restricción coherente de las mismas para disfrutar de comodidad y seguridad en iOS.

Compartir a lo loco

Primeramente, llevar un control de lo que compartimos es una cuestión necesaria. Con tantas redes sociales y aplicaciones muchas veces no nos damos cuenta de la horrible cantidad de información que le damos a la red. Cuanta más información más probabilidad de que esta caiga en manos de una amenaza y perdamos el control que tenemos sobre ella. Por tanto, en primer lugar hay que revisar las condiciones y opciones referentes a nuestras redes sociales a la hora de compartir. Una vez que sabemos qué comparte qué, lo siguiente es minimizar este flujo de información a lo necesario.

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