Desde hace ya algunos meses a los fabricantes de hardware se les ha metido una idea bastante extraña en la cabeza. Por algún motivo, en medio de la estrategia de saturar el mercado con todos los dispositivos posibles, decidieron crear "tablets" con dimensiones que van más allá de lo que podría ser considerado ortodoxo.

Los argumentos utilizados para defender semejante idea es mejorar la versatilidad de los ordenadores de escritorio, especialmente en entornos empresariales, donde fácilmente se podría mover un all-in-one desde una oficina a una sala de juntas al estar diseñado en formato tablet.

Sin embargo, aunque nos parece un propósito adecuado, quizás sea un poco exagerado llamar tablets a equipos de tan grandes dimensiones. Todo esto, claro, tiene su fundamento en la clara tendencia de difuminar las líneas que separan un determinado producto de otro.

¿Por qué unir tablets y PCs?

Es una necesidad que parece existir desde el momento mismo en el que se presentó en iPad de Apple allá en 2010. Los que aun tenemos fresca la memoria, recordaremos que se trató de un producto que tenía meses esperándose con ansias, y tan pronto como fue presentado, las críticas destructivas fluyeron como si de una represa rota se tratara.

¿Son los tablets de más de 18 pulgadas realmente tablets?

En aquél momento a la gran mayoría nos costó entender que lo que Apple nos estaba presentando era un producto totalmente nuevo, diferente a lo que ya podíamos ver en el mercado. No se trataba de un Mac de pequeñas dimensiones con pantalla táctil y sin teclado, ni mucho menos de un iPhone vitaminado (pese a estar más cercad de este ultimo). Los tablets son dispositivos diferentes a los ordenadores tradicionales y los smartphones, y eso es algo que no acabamos de comprender.

Y es precisamente esa renuencia del público en general a diferenciar entre una y otra cosa, lo que ha servido como caldo de cultivo para que los fabricantes se deleiten presentando gadgets que buscan difuminar la línea que separa smartphones de tablets y tablets de PC. Es sencillo, para el usuario promedio suena realmente atractivo no tener que gastar cientos de dólares en un tablet y un ordenador, sino hacerse con una solución que unifique todo en uno. El problema es que en la mayoría de los casos no se cumple con ninguno de los dos propósitos de manera adecuada.

Un claro ejemplo de lo descrito en el párrafo anterior son la mayoría de tablets con Windows. Los de gama alta suelen tener precios bastante restrictivos por los que un profesional bien puede adquirir un ordenador más potente, a lo que se debe sumar que las reducidas dimensiones de la pantalla y el teclado lo hacen más incomodo de usar que un portátil con el mismo hardware y precio similar. Y de las alternativas económicas ni hablar, salvo por Microsoft Office, en términos de productividad son inútiles.

Por tal, si lo que quieres es ahorrar, siempre será mejor adquirir un buen ordenador de trabajo, y un tablet económico pero potente, como el Nexus 7.

No, los ordenadores de más de 18" no son tablets

El máximo absurdo es querer llamar tablet a un PC de 18" o más. Por definición, no lo son. Y es que un tablet no es una pantalla táctil con sistema operativo, es un dispositivo mucho más complejo que eso. Se trata de centros de entretenimiento portátiles, en los que la gente puede consumir contenidos fácilmente y llevarlos a cualquier parte consigo. Y no creo que nadie quiera llevar un ordenador de 18" o 20" en la mochila, o ver una película con estos equipos mientras toma un vuelo de un par de horas.

¿Son los tablets de más de 18 pulgadas realmente tablets?

Si bien la definición de móvil puede ser bastante ambigua, no lo es tanto la de portátil. Un tablet es un dispositivo que puedes llevar contigo a cualquier lugar sin incomodarte. El hecho de que un all-in-one con diseño de tablet pueda ser llevado de una oficina a otra sin mayor complicación no lo hace portátil.

Por supuesto, no debe entenderse aquí que creamos que tales equipos sean innecesarios. Al fin de cuentas, los ordenadores tradicionales siguen siendo la piedra angular de la productividad, especialmente desde entornos empresariales. Por tal, cualquier evolución que presenten a favor de hacer más como su uso en estos ambientes, es bienvenido. Lo que criticamos tajantemente aquí es el empeño de los fabricantes en denominar tablets a productos que no son tablets.

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