Este año 2013 ha sido muy importante para las telecomunicaciones en España. Y es que, aunque se ha producido con varios años de retraso respecto a otros países como EEUU, las cuatro principales operadoras del país han comenzado a lo largo de este año a ofrecer tarifas con 4G en España, inaugurando con ello una nueva era en el mundo de las comunicaciones inalámbricas en este territorio. Pero ese es solo el primer paso hacia esa nueva era, pues ahora queda pendiente el que probablemente sea el paso más difícil: expandir y comercializar correctamente esas tarifas 4G en España.
Para dar ese paso, las operadoras deben de expandir el territorio con cobertura 4G LTE en España, que como todos sabemos es bastante reducido por el momento, limitándose solo a las capitales de provincia y algunas poblaciones cercanas. No obstante, hemos podido ver cómo ese territorio se ha ido expandiendo con cierta celeridad en estos últimos meses del año, por lo que lo más normal es que las cuatro compañías mantengan ese mismo ritmo durante todo el año 2014, un año en el que deberían de cubrir la mayor parte del territorio español con conectividad 4G LTE.
Cobertura 4G LTE ofrecida por Vodafone en Octubre de 2013La segunda parte necesaria para la expansión de esta nueva conectividad es la correcta comercialización de las tarifas 4G en España. Y es aquí donde las operadoras no están demostrando un avance en los últimos meses (a diferencia de lo citado en el párrafo anterior). Un ejemplo de ello es que la incorporación del 4G LTE en España no está siendo transparente al usuario en la mayoría de operadoras (solo Yoigo se salva), sino que los clientes tienen que contratar nuevas tarifas que ofrecen 4G LTE y que, generalmente, son más caras que aquellas que no ofrecen esta conectividad.
¿De qué sirve contar con 4G LTE si podemos disfrutarlo durante muy poco tiempo?
Pero, honestamente, el mayor error que están cometiendo las operadoras en esta expansión de las tarifas 4G en España es la inadaptación de los bonos de datos a esta nueva conectividad 4G LTE. Y es que las compañías anuncian velocidades de 150Mbps gracias al 4G, pero no aumentan la cantidad de datos que podemos descargar a esa velocidad (en la mayoría de tarifas se mantiene 1 GB de datos), cuando el avance debería de ser conjunto. ¿De qué me sirve contar con una gran velocidad si el periodo de tiempo que voy a poder disfrutarla es muy reducido? Un ejemplo práctico: con 4G LTE podemos ver vídeos en HD sin problemas, pero el bono de datos se gastará mucho antes, lo que nos dejará el resto del mes con una conexión muy pobre (salvo que paguemos más).
Esta situación es aún más preocupante si tenemos en cuenta que planean introducir LTE-A en pocos años, una conectividad que ofrecerá 300Mbps de velocidad máxima. De hecho, Vodafone ya está realizando pruebas piloto en Madrid con esta conectividad, por lo que en no más de dos años ya deberíamos de comenzar a disfrutar de esta evolución del 4G en los principales puntos del país.
Una vez acabado el bono de datos, seguimos navegamos a velocidades prehistóricas
También es bastante preocupante que, una vez agotado nuestro bono de datos, la velocidad de descarga máxima se sigue reduciendo a unos 100Kbps (dependiendo del operador puede variar), una cifra perteneciente a la prehistoria de internet e impropia de la era actual, sobre todo justo ahora que ya disfrutamos de tarifas 4G en España. Lo más sensato sería que, una vez alcanzado el límite de nuestro bono de datos, la velocidad se redujera a unos 3Mbps, una velocidad que, si bien no es comparable a las que ofrece el 4G LTE, sí nos permite acceder a internet desde nuestro smartphone o tablet decentemente.
No obstante, y como he dicho anteriormente, las operadoras acaban de dar el primer paso hacia una nueva etapa, por lo que no podemos exigir que todo sea perfecto - aunque habría sido lo idóneo, la verdad –. De hecho, casi con total seguridad, a lo largo del año 2014 veremos como todos estos puntos se solucionan, ya sea total o parcialmente. Pero, mientras tanto, tendremos que seguir conformándonos con vehículos muy rápidos y tanques de gasolina muy reducidos.