Ahora, debido a la expansión de la fotografía móvil sacamos otro tipo de instantáneas que antes quizás no se sacaban tanto. Asimismo, con la llegada de las cámaras de acción ahora grabamos un contenido diferente desde ángulos antes inimaginables. Sin embargo, uno de los mayores problemas que tienen estas cámaras tan pequeñas y ligeras es la estabilización. Aunque la calidad de la imagen cada día sea mejor, muchas veces nos mareamos debido a que tiembla demasiado. Y es normal, haciendo deporte no estamos precisamente quietos. De esta forma, un nuevo proyecto en Kickstarter propone el estabilizador STABiLGO para los usuarios de cámaras GoPro, una de las más populares del mercado en este terreno.
El estabilizador STABiLGO permite grabar un vídeo mucho más suave y profesional sin apenas esfuerzo. El producto dispone de un mango de sujeción y en el otro extremo se coloca la cámara. Si echamos un vistazo al siguiente vídeo nos haremos una idea de cómo funciona. Una de las principales ventajas es su peso, se trata de un estabilizador muy ligero (470 gramos) que podremos manejar con total comodidad con una sola mano, algo muy útil cuando estamos haciendo deporte y sólo tenemos una mano libre.
Los creadores de este proyecto, los dos directores de fotografía, estuvieron nueve meses desarrollando el producto en su apartamento de Nueva York. Asimismo, lo constituyeron utilizando productos electrónicos baratos así como unas partes totalmente artesanales. Durante ese tiempo, también consiguieron reducir su tamaño y ampliar los márgenes de movimiento.
Según ellos, para demostrar su simpleza, le dejaron el producto a una persona que no lo había visto nunca y no tuvo el menor problema en saber utilizarlo de una forma adecuada. Sin duda, este es uno de los aspectos más importantes de un producto. Cuando más intuitivo sea, mucho mejor.
En definitiva, el proyecto STABiLGO está pidiendo una financiación de $100.000 dólares y por el momento ya han recaudado $37.325 dólares. No obstante, en el caso en el que consigan el reto y lo lleven a producción habría que tener en cuenta el precio final. Ahora mismo, si queremos conseguir una de las primeras unidades deberemos abonar una cantidad de $600 dólares, un precio algo excesivo. De hecho, saldría más caro que la propia cámara.