La privacidad es uno de los temas que más preocupan. No obstante, son pocos los que de verdad se centran en protegerla. ¿Cuánta gente habrá dejado las opciones preconfiguradas en Facebook? Claro, luego llegan las sorpresas. Más allá de puras anécdotas, el problema es aplicable a todos los rincones de la Red. Según Eric Schmidt, cada vez compartimos más datos personales en Internet, y como consecuencia, deberíamos luchar por la privacidad ahora o la perderemos para siempre. ¡Qué gran razón!

Todos sabemos que ganarse una buena reputación lleva mucho tiempo de trabajo y esfuerzo. Sin embargo, la podemos perder en tan sólo un segundo con una acción fuera de lugar. Lo peor es que se convertirá en una mancha imborrable que nos perseguirá el resto de los días. En realidad, al principio, tendemos a fijarnos en los logros, y después en esas pequeñas motas de polvo que manchan nuestra imagen. Sin embargo, éstas son las que más contarán a los ojos del resto.

Como veis, la privacidad no es un tema baladí. En el punto anterior parece que he mencionado más el derecho al olvido que a la privacidad. No obstante, la relación entre ellos es más estrecha de lo que pensáis. A medida que vamos creciendo, vamos construyendo nuestra propia identidad digital, o más bien nos la erigen nuestros contactos. Según ha comentado Eric Schmidt, a estas alturas ya no es raro que los padres vayan publicando imágenes y todo lo que tenga que ver con sus niños pequeños. ¿Los hijos de verdad quieren que esté esa información en la Red? Nadie les ha preguntado, y en caso afirmativo tampoco saben las consecuencias que podrían tener sobre su futuro.

Más tarde, a medida que van creciendo, ellos mismos van publicado su vida en Internet. Y, por mucho que nos empeñemos, todo lo que está en la Red es muy difícil hacerlo desaparecer del todo. ¿Os acordaís de los planos para construir nuestra propia pistola en con una impresora 3D? Pues por ahí siguen circulando. ¿Y la música? ¿Y los vídeos? Da igual que sean fácil o dificilmente accesibles ya que están ahí para el que quiera encontrarlos. ¿Y qué tiene que ver con la privacidad? En realidad, poca cosa, quería marcar el gran problema que hay para eliminar los datos que ya están circulando libremente. En mi opinión, los padres deberían inculcar a sus hijos la importancia de los datos que cuelgan en Internet y, que si alguna vez se arrepienten de ellos, la vuelta atrás será muy dura, y muchas veces imposible.

Tal y como comenta Schmidt, uno de los grandes problemas es que la gente no está concienciada de que es prácticamente imposible eliminar para siempre cualquier publicación. Asimismo, destaca la importancia de mantener toda la información privada con Google, si así lo hemos decidido. A decir verdad, muchas veces hemos oído aquello de no subir a la Red todo lo que no diríamos en la calle en público.

Graph Searc privacidad

Por otro lado, los sistemas son cada vez más seguros y las facilidades invitan a compartir más información. El auge de los dispositivos electrónicos habla por sí mismo. ¿Cuánta gente compartirá fotos personales con sus amigos más próximos? Muchísima. ¿Por qué? Porque confiamos en la seguridad de los servicios. Según Eric Schmidt, si no son capaces de proteger nuestra privacidad nos perderán como clientes. Seguramente.

Asimisno, hay que destacar que en el futuro cercano todo quedará prácticamente registrado. Sí, me refiero a las Google Glass. Cualquier persona que lleva un par de ellas sobre la cabeza tendrá la capacidad de registrar todo lo que ocurre. ¿Un problema de privacidad para la gente de alrededor? Al principio, imagino que la mayoría de la gente se sentirá algo incómoda e intentará actuar de forma ejemplar. ¿Quién se metería el dedo en la nariz mientras un par de ojos te están apuntado con un cámara casi inapreciable?

Todas las plataformas deberían velar por los datos que les confiamos. Si decidimos compartir algo con una persona de forma confidencial deberíamos ser capaces de ello. No obstante, siempre existe el riesgo de que llegue a personas equivocadas. En definitiva, el problema de la privacidad empieza por nosotros. Deberíamos tener en cuenta qué información compartimos publicamente. Hasta ahí bien. Sin embargo, en el futuro se recopilará información sobre nosotros de la que no seremos conscientes de que existe. Entonces, la privacidad a la que tenemos derecho ya no dependerá tanto de nosotros mismos, sino de terceros. ¿Cómo os imagináis la privacidad en el futuro?

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