La tecnología de los televisores de Sony

Durante el pasado CES, Sony presentó varias novedades en su gama de televisores. Ahora tuvimos la oportunidad de verlas en directo en un evento celebrado en Madrid. Los televisores de Sony, según nos explicaron, tienen tres pilares: la calidad de imagen, la calidad de sonido y la conectividad inteligente. Todas ellas se basan en tecnologías nuevas o relativamente modernas, algunas de ellas son estándares de la industria (como, por ejemplo, el NFC), mientras que otras provienen de la innovación de la compañía.

El pilar de la conectividad es en el que la tecnología ha llegado de forma más sencilla, ya que, en general, ya existía. Así, por ejemplo, Sony se ha apoyado en el NFC o en la conexión mediante Bluetooth para hacer que sus televisores sean inteligentes gracias al teléfono (se podría decir que 'roban' su inteligencia). El motivo es que el ciclo de vida de los smartphones es mucho menor que el de las televisiones, así que es más lógico, en opinión de la firma, confiar en las capacidades de los celulares. De todos modos, esto tampoco supone renunciar a la creación de dispositivos inteligentes.

En cualquier caso, la conexión es diferente en función de la gama de los televisores de Sony. El NFC (que en realidad sólo configura la conexión, pero no la establece) sólo ha llegado a dos de sus series, las de gama más alta, mientras que los modelos más económicos utilizan MHL (enlace de alta definición móvil, por sus siglas en inglés). En gama media la solución por la que se ha optado es la de una aplicación, disponible para iOS y Android. En todos los casos, el teléfono o tableta se puede utilizar como mando a distancia, pero con funciones y herramientas añadidas, como la posibilidad de acceder al contenido de estos terminales en la pantalla. De todos modos, tampoco se puede decir que la firma se diferencie de sus rivales en este aspecto.

Donde sí destacan los televisores de Sony es en la calidad de imagen y la de sonido. Imponerse en la primera de estas categorías se logra gracias a dos factores: el procesador X-Reality Pro y la tecnología Triluminos. El procesador permite aumentar la calidad de imagen incluso en los casos en los que la fuente no es la mejor, mientras que Triluminos consiste en un panel físico que aumenta mucho la colorimetría (básicamente la variedad de colores que es capaz de mostrar).

A grandes rasgos, lo que hace Sony es utilizar LED azules, en lugar de los blancos a los que recurre la competencia, que transforman un 80% de la energía que reciben en luz (el 20% en calor) y un cristal más oscuro. De este modo, logran que los rojos sean más rojos, los verdes, más verdes y los azules, lo habéis adivinado, más azules.

En la tienda Sony de Madrid pudimos comparar en directo esta diferencia respecto a un producto de la competencia (no era muy difícil adivinar la marca, pero la compañía no puede nombrarla por motivos legales, así que nosotros tampoco lo haremos) y lo cierto es que es considerable. Además, también es posible apreciar esta diferencia en los equipos de gama más baja, incluso respecto a una gama alta. El problema es que para que sea perceptible a un nivel relevante, la imagen también debe ser de muy alta calidad, como en el caso del vídeo utilizado para la comparación.

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Por último, en el sonido los televisores de Sony también recurren a diversos 'trucos' e innovaciones (de nuevo, la elección de uno o de otro depende de la gama del dispositivo). Es posible encontrar cambios en la arquitectura (el altavoz tiene un gran recorrido, a pesar de reducir su tamaño) o innovaciones como los altavoces de fluido magnético, en los que se recurre a un aceite ferromagnético con el que es posible reducir el tamaño hasta un 30% y, al mismo tiempo, ganar el mismo porcentaje de volumen (es decir, se escuchan hasta un 30% más alto que sus predecesores).

Todos estos productos llegarán al mercado de forma gradual a partir de abril. Y no hay que olvidar el 4K, que se retrasará algo más, pero en el que Sony tiene muchas esperanzas puestas. Y lo cierto es que, en base a lo visto, deben tenerlas, ya que parece que han conseguido una calidad superior a la del mercado en sus aparatos. No obstante, no deben dormirse en los laureles, pues la competencia es feroz, ni olvidar que al final el usuario, aunque agradece estas mejoras, por lo que más se preocupa es por algo más sencillo: el precio.

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