Llamar a este sistema capa de invisibilidad sísmica puede sonar extraño. Pero lo cierto es que igual que Harry Potter se ocultaba de la visión de extraños, este sistema "oculta" a los edificios y los aísla de los efectos de un terremoto.
Después de que la capa de invisibilidad apareciera en el cine se ha probado llevarla a la realidad. También se ha probado aplicarlo a otros campos, como por ejemplo el sonido. Trabajando con la idea del sonido, un grupo de investigadores lo ha trasladado a los edificios y lo han querido aplicar a los seísmos. De hecho, si consiguen que un edificio sea invisible al seísmo no tendría que sufrir ningún daño.
La idea sería usarlo para proteger edificios de alto valor estratégico, como centrales nucleares, aeropuertos o edificios gubernamentales. Todas estas ideas estaban plasmadas en papel y eran solo estudios teóricos. Hasta ayer ya que un grupo de investigadores del Instituto Fresnel en Marsella, Francia, ha probado la idea junto a una cuenca fluvial. Allí han decidido construir el invento.
El secreto de la capa de invisibilidad para terremotos está en desarrollar un metamaterial a menos escala que la longitud de onda de las ondas a manipular. De esta manera las estructuras se amoldan y consiguen dirigir las ondas. Para ello se agujerearon tres líneas de pozos de 5 metros de profundidad en una cuenca con barro que llegaba hasta 200 metros de profundidad. Toda el área se monitorizó con sensores acústicos.
Luego se crearon ondas con una frecuencia de 50Hz y un desplazamiento horizontal de 14mm desde la fuente de sonido hasta un lado del montaje. Se pasó a medir la manera en que las ondas se propagaban entre los pozos y el resultado fue que el material reflejó las ondas y estas casi no penetraron en la segunda línea de pozos.
El problema es que el metamaterial está hecho para usarse a una longitud de onda específica con lo que no se puede asegurar que funcionaría en un terremoto normal. Por otra parte, esta ondas reflejadas han de ir hacia algún sitio con lo que lo más probable es que acabaran afectando a los edificios colindantes. Es por ello que ya se está estudiando absorber las ondas en lugar de reflejarlas.