Con el actual contexto de crisis económica, no es raro escuchar a los directivos de las empresas hablar de productividad, es decir, la relación existente entre las horas efectivas de trabajo frente a las horas totales. El aumento de la productividad se ha convertido en uno de los objetivos clave de muchas organizaciones y, a nivel personal, también es un aspecto que cuidan muchos profesionales para mejorar su desempeño o conseguir aumentar su cartera de proyectos. Sin embargo, a pesar de estas buenas intenciones, estamos rodeados de distracciones que, a veces, convierten un pequeño descanso que debería ser un paréntesis en el trabajo en que el trabajo se convierta en un paréntesis de nuestros ratos de ocio.
El bloqueo de páginas web a nivel corporativo es una de las medidas que abordan algunas empresas para intentar luchar contra la merma de la productividad y, aunque puede ser una opción, el bloqueo excesivo termina coartando la flexibilidad de nuestros trabajadores y evita que, por ejemplo, puedan consultar foros y blogs con contenidos que sí que aportan conocimiento y valor a su trabajo. Quizás el "bloqueo por sistema" no sea la mejor opción puesto que estamos metiendo "en un mismo saco" a todos nuestros empleados, ya sean responsables o no con su trabajo. Aún así, creo que no me equivoco al afirmar que todo el mundo hemos pasado alguna vez por alguna época en la que hemos estado algo distraídos y nuestra productividad ha podido fluctuar porque hemos pasado demasiado tiempo atendiendo factores externos a nuestro trabajo.
Aislarnos en una burbuja es la situación ideal, es decir, eliminar distracciones que nos rodean y ser disciplinados con los descansos que nos tomamos o las cosas a las que prestamos atención en detrimento de las tareas que estamos llevando a cabo. En el caso que necesitemos ayuda y nos distraigamos con bastante frecuencia, existen herramientas que nos pueden ayudar a enfocarnos en lo que es importante y eviten que caigamos en la tentación de distraernos.
Si una de las fuentes de distracción es el navegador y, además, éste coincide como uno de nuestros recursos de trabajo, existen extensiones que nos pueden ayudar a trazar una frontera entre el ocio y el trabajo controlando lo que hacemos o qué paginas podemos visitar. Estos filtros de contenidos personales nos pueden ayudar a establecer franjas horarias en las que no podemos acceder a elementos de distracción (blogs, redes sociales, YouTube, etc) o a los que podremos acceder durante cortos períodos de tiempo, ayudándonos a retomar nuestras tareas sin mermar nuestra productividad.
Nanny for Google Chrome o StayFocusd son algunos de los filtros para Google Chrome que hemos visto, unas extensiones a las que podemos sumar Productivity Owl con la que, tambiém, podremos controlar algo mejor nuestra actividad de navegación en el navegador de Google.
Productivity Owl es un filtro de contenidos para Google Chrome con el que podremos gestionar una lista blanca de páginas web permitidas y una lista negra de páginas web prohibidas además de establecer horarios en los que el filtro está activo (normalmente el horario laboral); sin embargo, la singularidad de este filtro es que también actúa con las páginas que no hayamos catalogado en estas listas, dejándonos un tiempo prudencial para su visita y, una vez transcurrido el tiempo, el búho que hace de mascota de la aplicación volará hacia la parte superior de la pantalla para cerrarnos la pestaña como indicador de que se ha terminado el descanso.
Por otro lado, la aplicación no somete a restricciones al usuario si éste está usando un buscador puesto que la revisión de los resultados de búsqueda conlleva cierto tiempo pero, en el momento que estemos visualizando una web que no sea un buscador, entonces pondrá en marcha el cronómetro para intentar devolvernos a nuestras tareas sin que perdamos mucho el ritmo.
Un interesante recurso a tener en cuenta si queremos autoimponernos una disciplina de trabajo y solemos caer presa de las distracciones.