Una cámara no deja de ser un material sensible que capta la luz de su alrededor. Bajo esta premisa, cualquier cosa que fije una imagen puede ser una cámara y aquí hemos visto ejemplos de lo más variados, empezando por la huevocámara y como olvidar la patocámara.

Tomando este concepto podemos ver otro excelente ejemplo, tal vez no tan extremista, pero con ese toque de utilizar cosas para la cual no fueron diseñadas. Mike Golembewski por el 2002 tuvo la idea de realizar una cámara con un escaner de mesa, de esos que hoy vienen integrados a las impresoras. Con algo de cinta, cartón, unas lentes de formato medio y una buena dosis de paciencia empezó a tomar las primeras imágenes para notar algo inusual: el propio desplazamiento del escaner provocaba alteraciones en la imagen. No como las que estamos acostumbrados con la trepidación, sino diferente.

Esta nueva forma de ver la realidad llevó a que dedique una buena cantidad de años a esta técnica y derive en un proyecto completo, con cientos de fotografías y varios tópicos diferentes.

Las imágenes no se destacan por sobre otras, pero al conocer como fueron realizadas sorprenden lo claras y nítidas que se ven. Más allá de algunas lineas horizontales y algunos objetos moviéndose (provocando unas lineas muy extrañas), son buenos retratos y paisajes, en un fiel blanco y negro.

A continuación podrás ver una selección de diez imágenes, pero no dudes en visitar la galería completa. También puedes leer acerca de su técnica y los efectos del movimiento en esta cámara.

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