El parasol es un accesorio barato -normalmente se incluye con los objetivos- ligero y que, al guardarse invertido en el objetivo, podríamos decir que no ocupa espacio. Así que no hay muchas razones para no llevarlo. Pero, ¿hay razones para usarlo? ¿Tiene alguna utilidad?

Su función, en principio, es la de ser la "visera" de nuestro objetivo. En los días de sol fuerte nos molesta aunque no lo miremos directamente, y cuando nos ponemos una visera al no darnos en los ojos vemos mejor. A nuestras fotografías les pasa lo mismo. Si hay una fuente intensa de luz, aunque no salga en el encuadre, los rayos lumínicos que llegan a la lente nos pueden estropear la toma. Estos rayos producirán lo que se conoce como flares, como hemos visto en este artículo. Además de círculos de color, imágenes fantasma y halos, que son las manifestaciones más evidentes, se manifiesta como una perdida de contraste, llegando en los casos más extremos a verse como una especie de velo que cubre toda la imagen, dando un aspecto "lavado" a la fotografía. A continuación una comparativa, arriba sin parasol, abajo con el:

Entonces, ¿el parasol se usa cuando hace mucho sol para evitar esto? No en exclusiva. Cualquier fuente de luz muy fuerte en relación con la escena nos puede causar esto, habitual si estamos fotografiando de noche o en interiores irregularmente iluminados. Una farola en una calle oscura, un foco que ilumina una estatua o edificio de noche, las luces de los interiores de las iglesias, pueden ser tan problemáticos como un sol de justicia. Los objetivos actuales, con sus modernos y avanzados recubrimientos, hacen más difícil la aparición de flares, pero no son indemnes a ellos.Stuart Grout - Big wheel and lens flare  (Fotografía de Stuart Grout

Además los parasoles también aportan una protección física que es muy de agradecer. Si estamos fotografiando en un sitio muy concurrido (un evento social, una manifestación, una zona turística especialmente transitada) es habitual que una cabeza o un codo vayan a dar a nuestra cuidada y limpia lente frontal. Un filtro UV o neutro es también una buena protección para esto, pero aun siendo de buena calidad hará que el objetivo sea más propenso a que aparezcan flares, así que lo mejor es emplear ambos. Y desde luego, si un fatídico día se os cae el equipo con el objetivo hacia abajo -lo mas probable si el objetivo no es muy ligero- querréis que el parasol este colocado.

Por supuesto, aseguraos de que el el parasol sea el recomendado para el objetivo por el fabricante y que esta bien encajado, si no aparecerá en las fotos a modo de viñeteo. Y si fotografiáis con el flash integrado de la cámara, cuidado con los angulares, ya que al estar tan bajo el flash y el objetivo cubrir tanto angulo, puede aparecer en la parte inferior de la imagen la sombra del propio parasol.

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