Microsoft hace ya un buen tiempo reveló que lanzaría teléfonos inteligentes con 256MB de RAM y, finalmente, se terminó concretando. En ese momento consideré, y todavía lo sigo haciendo, que es una buena idea porque algunas personas no quieren el último procesador, más RAM de sus teléfonos que en sus ordenadores, una pantalla que se vea como si fuera un cine de última generación y que, además, se le pueda hablar. Algunos sólo quieren un teléfono con funciones básicas como responder correo, enviar mensajes y hablar.
Como es lógico, las posibilidades no serían las mismas y eso la empresa de Redmond lo dejó claro, pero otra de las cosas que dejaron claro es que el 95% de las aplicaciones que existían en ese momento podrían instalarse sin problemas. Ahora que el Nokia Lumia 610 comenzó a entregarse en Europa notamos que algunas de las aplicaciones más famosas que realmente empujan la venta de dispositivos no pueden instalarse.
Entre ellas están Angry Birds, que es el juego más famoso desde el nacimiento de la era móvil inteligente, Skype, otra de las más importantes del mercado que en un primer momento dijeron que sí se podría y más tarde lo negaron, Tango y el PES 2012 que, para los amantes del fútbol, es un must. Cuando se quiere instalar presenta un error de falta de RAM. Esto, como dije, es por demás entendible.
Es lógico que aplicaciones de este estilo necesitan potencia, pero también es muy importante que la compañía de las ventanitas tome cartas en el asunto, hable con los desarrolladores, y haga que, al menos, se lancen versiones con capacidades reducidas. Teniendo en cuenta que hoy Microsoft lo que quiere es meterse con todo en el mercado, esto no lo ayudará en absoluto en lo que a la buena publicidad de sus dispositivos con 256MB de RAM se refiere.
Lo que menos necesita ahora Windows Phone es fragmentación, el eterno problema de Android.