Muchas son las organizaciones que hoy en día utilizan tabletas y smartphones para dotar a sus empleados de conectividad constante con sus sistemas para acceder a su correo electrónico, archivos y aplicaciones. El Ejército de Estados Unidos, desde hace tiempo, está trabajando en el desarrollo de "un entorno controlado" con el que los soldados puedan trabajar e interconectar sus tabletas y smartphones además de trabajar en su propia versión de Android (para controlar su propia plataforma). Dentro de la creación de su propio ecosistema, el Ejército de Estados Unidos ha presentado su primer prototipo de tienda de aplicaciones para dispositivos móviles.
El Army Software Marketplace, que es como se llama esta tienda de aplicaciones, por ahora es un prototipo de tienda de aplicaciones web que ofrece a los usuarios 12 aplicaciones orientadas a la enseñanza y la instrucción de los miembros del ejército estadounidense y que, además, posean un dispositivo iOS. El siguiente paso, lógicamente, es la ampliación del catálogo de aplicaciones tanto en títulos (algo que depende del Ejército y que validen las aplicaciones para el uso por los efectivos del ejército) como en plataformas (parece que está planificado incorporar Android).
De todas formas, esta tienda de aplicaciones iOS tiene un problema que el Ejército tiene que solventar puesto que, aunque aprueben el uso de las mismas, en estos terminales las aplicaciones deben provenir de la tienda de aplicaciones del fabricante y no hay opción de instalarlas fuera de este circuito oficial.
La tienda de aplicaciones está en el centro de los esfuerzos del Ejército para reducir el tiempo de despliegue de aplicaciones entre los miembros de nuestras fuerzas. Este prototipo es el primer paso para establecer un proceso de envío y validación de aplicaciones que permita a los miembros del Ejército, empresas y desarrolladores enviar aplicaciones para su distribución entre los soldados
Precisamente, desde hace algún tiempo, el Departamento de Defensa trabaja en la certificación de dispositivos móviles (smartphones y tabletas) para crear un entorno de trabajo seguro e interoperable y, con estos cimientos, el siguiente paso es la distribución de aplicaciones con las que trabajar desde este ecosistema.
Si bien por ahora se han centrado en manuales y normativas, la idea es fijar pautas y procedimientos que permitan nutrir este canal de difusión con contenidos de calidad (y validados por el Ejército) que puedan ser utilizados, de manera segura, por los miembros del Ejército y, así, poner en marcha su propio ecosistema.