Cuando Apple presentó el Magic Trackpad, en un movimiento que pilló a algunos completamente por sorpresa, lo hizo con una clara intención: dotar a ordeandores como los iMac, el Mac Pro y el Mac Mini de las capacidades y posibilidades multitáctiles de un trackpad, que tan buena y tan profunda integración trae con OS X Snow Leopard pero sobre todo con OS X Lion. También puede servir para casos como el mío, donde un Macbook Pro se conecta a un monitor externo con teclado y ratón.

El asunto es que parece que el trackpad está llamado a desterrar al ratón del escritorio (en cierto sentido, sus motivos hay) y que la existencia de un ratón y un trackpad son incompatibles sobre un escritorio y frente a un Mac. Lejos de eso, despúes de adquirir un Magic Trackpad hace unas semanas acabé por llegar a una combinación bastante interesante que he visto repetida en algunos lugares y escritorios ajenos y que puede resultar muy útil para quienes quieren aprovechar los gestos multitáctiles pero no quieren perder la agilidad quizá superior del point and clic de un ratón.

La disposición en cuestión consiste en dejar el Magic Trackpad a la izquierda, el teclado en el centro y el ratón a la derecha. Así mientras tenemos una parte fija e invariable en el centro, con la derecha controlamos la mayor parte de los movimientos del puntero por la pantalla pero con la izquierda y el trackpad realizamos tareas como el scrolling, lanzar el escritorio haciendo abanico con cinco dedos, desplazarse por las aplicaciones a pantalla completa de Lion, lanzar Mission Control, Launchpad e incluso reorganizar ventanas con tres dedos, una opción que puede activarse desde el apartado trackpad en preferencias del sistema.

¿Raro? Sí, puede ser, pero una vez acostumbrado me he vuelto tan adicto al mismo que cuando pruebo otra máquina que sólo tiene un ratón ya noto que me falta algo. No he encontrado nada, ni siquiera el Magic Mouse, que haga scrolling mejor que los dos dedos sobre la suave superficie de cristal de un trackpad de Apple, es cómodo, es útil, muy preciso y el movimiento inercial le da un toque muy interesante. Del mismo modo, Mission Control y Launchpad por ejemplo son inútiles con un Magic Mouse o con cualquier ratón convencional, pero con el trackpad se lanzan fluidísimo.

Es cierto que al principio manejar ciertas acciones con la mano izquierda cuesta un poco más (o con la mano derecha si sois zurdos), pero realmente no se trata de movimiento precisos para desplazar el cursor hasta un punto concreto, de eso ya se encarga el ratón, sino de movimientos en abanico, ampliar, pasar, deslizar… no lleva mucho tiempo hacerse a ello.

¿El principal inconveniente? Que requiere el uso de dos dispositivos, un Magic Trackpad no es barato, y menos si planeamos usarlo como dispositivo meramente adicional. Yo personalmente estoy encantado de tener una superficie táctil tan ancha siempre al lado y aunque podría, he decidido no usarlo como método de control principal, en lugar de ello lo uso para todo lo anteriormente descrito e incluso alguna función más avanzada como edición de vídeo. ¿Alguno ha probado este pequeño combo? Qué os parece?

Foto: Flickr de yum9me

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