Mucho se esta hablando de censura últimamente, un tema muy polémico que enfrenta a usuarios de Internet y que al fin y al cabo nos afecta a todos. Después de que los promotores de SOPA dieran marcha atrás con un proyecto de ley que daría poder a las grandes corporaciones a censurar cualquier contenido que creyeran conveniente en la red, de la aprobación de ACTA, su ley hermana en Europa, y del anuncio de Twitter sobre la censura selectiva de tweets, llegan las declaraciones de Niklas Zennstrom, CEO de Skype, quien ha tratado de hablar del problema de la censura en China, y ha dado un muy buen ejemplo de los problemas con que tienen que lidiar las compañías y startups al respecto.

Zennstrom ha venido a decir que su censura en un territorio siempre tan ligado a este tipo de problemas como es China es debida a que, básicamente, las compañías deben cumplir con las leyes de cada territorio. Y no es algo que se aplique únicamente al país asiático sino a nivel mundial.

Me pueden gustar o no las leyes y regulaciones para operar negocios en Reino Unido, Alemania o Estados Unidos, pero si hago negocios en esos sitios también elijo cumplir las normas y regulaciones que exigen los países. Puedo intentar cambiarlas, pero necesito cumplirlas. En China esta situación no es diferente.

El pasado viernes eran muchos los que crucificaban a Twitter, y el debate que se creaba en las diferentes redes sociales, llegando a Trending Topic en el propio servicio de microblogging con diferentes hashtags creados para protestar por las medidas, era, cuanto menos, enorme y muy polémico. Por un lado los usuarios que aseguraban que Twitter atentaba contra la libertad de expresión de las personas. Por otro, los que apoyaban la idea de que no era Twitter, sino las autoridades que potencialmente mandarían censurar dichos contenidos.

Lo cierto es que el anuncio era básicamente eso, un anuncio. Han sido varias las polémicas surgidas en el pasado en una red que ya realizaba bloqueos desde hace tiempo, y de manera global, siempre bajo órdenes de jueces o autoridades. En el caso de Skype sucede lo mismo. Aunque pudieran hacerlo (al fin y al cabo se trata de un servicio de una corporación privada, y por tanto en este caso, software propietario), ¿qué sentido tiene que Skype o cualquier otra compañía censure contenidos si no se ve afectada por las leyes de los países?

Volviendo a Skype, las declaraciones de su CEO vienen a consecuencia de las críticas y problemas que está teniendo el servicio, el cual está constantemente en el punto de mira de las autoridades chinas debido a las estrictas normas que tienen que cumplir los servicios de VoIP para facilitar la censura. De hecho, hace aproximadamente un año surgian los rumores de que la compañía tendría que cesar las autoridades en el país asiático, algo que no ha sucedido precisamente por lo que dice Zennstrom: Se están respetando las normas del país.

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