Steve Jobs era un ferviente creyente de la unión entre la tecnología y las humanidades, creía que ambos afluentes debían confluir casi naturalmente para resultar en un río de sabiduría, innovación y progreso. Como bien sabemos, no sólo por los hechos sino también por la biografía oficial escrita por Walter Isaacson, Jobs revolucionó varias áreas y numerosas industrias como la musical, la de la animación y el cine, y claro, la de las computadoras personales. Ahora bien, su biografía oficial también ofrece su mirada sobre algo que será desvelado en tan sólo días: su legado, los planes que Apple tiene para la educación.

Por lo que conocemos de la vida personal de Jobs, existen tres grandes y recientes momentos en los que él expresó abiertamente la necesidad de cambiar el sistema educativo, en los que dejó entrever los planes de Apple de seguir su expansión hacia este área: en una cena con Rupert Murdoch, en una reunión con Barack Obama, y en una visita de Bill Gates.

El 24 de febrero de 2011, Rupert Murdoch, el conocido empresario de los medios, estaba de paso en Palo Alto, California, y cenó con Jobs y su familia (aquel originalmente desconocía que era el cumpleaños número 56 del cofundador de Apple). Además de discutir el rol de las empresas, y sus huellas y legados culturales en la sociedad, uno de los temas centrales esa noche fue la educación. De acuerdo con Murdoch, Jobs fue un tanto pesimista y, a diferencia de él, no creía que la tecnología podría modificar al sistema educativo. Sin embargo, ambos estuvieron de acuerdo en que el negocio de los libros y de los manuales de texto en papel sería sacudido por los formatos digitales y por los ebooks. Es más, estos serían el siguiente objetivo para Jobs:

"(…)Jobs tenía su mirada puesta en los libros escolares como el próximo negocio a transformar. Él creía que era una industria de 8 mil millones de dólares anuales lista para la destrucción digital. Estaba asombrado por el hecho de que muchas escuelas, por razones de seguridad, no tenían casilleros entonces los niños deben cargar sus mochilas pesadas. "El iPad resolvería eso," dijo. Su idea era contratar a los mejores escritores de libros de texto para crear versiones digitales y hacerlas una característica del iPad. Adicionalmente, llevó adelante reuniones con las grandes editoriales, como Pearson Education, con la idea de asociarse. "El proceso por el cual los estados certifican los libros de texto es corrupto," dijo Jobs. "Pero si podemos hacerlos gratuitos y presentarlos en el iPad, entonces no tendrían que ser certificados. La decadente economía durará por lo menos una década y nosotros podemos darle una oportunidad de evitar todo el proceso y ahorrar dinero"."

Entonces, en palabras de Jobs, dos son las características fundamentales en la estrategia de Apple frente a los manuales de texto: la movilidad (tener un sinfín de libros en el iPad), y la accesibilidad (que sean gratuitos y eviten las engorrosas certificaciones). De este modo, el iPad se convertiría en el único libro por excelencia en la mochila de los estudiantes y en las aulas.

Un segundo momento, un tanto más crítico y político fue la reunión de Jobs con el presidente de los Estados Unidos Barack Obama. Organizado por la esposa de Jobs y de 45 minutos de duración, este encuentro también abordó la situación educativa en el país anglosajón, problemática que puede ser trasladada a todo el mundo. El cofundador de Apple le dijo al mandatario que el sistema educativo era anticuado, que los maestros y profesores debían ser tratados como profesionales y no como obreros en una línea de producción, y que los materiales de estudio no sólo debían ser digitales e interactivos sino que debían ser confeccionados, personalizados para cada estudiante:

"Jobs también atacó al sistema de educación norteamericano diciendo que era anticuado y que estaba dañado por las reglas de la unión de trabajadores. Hasta que la unión de maestros esté en quiebra, casi no hay esperanza en una reforma educativa. Los maestros deberían ser tratados como profesionales, dijo, y no como obreros de la línea de producción. Los directores deberían ser capaces de contratarlos y de despedirlos basándose en su capacitación. Las escuelas deberían estar abiertas hasta las 6 p.m. y funcionar once meses al año. Era absurdo, agregó, que las aulas estadounidenses aún se basaran en maestros parados frente a la pizarra y usando libros de texto. Todos los libros, todo el material de aprendizaje y las tareas deberían ser digitales e interactivas, confeccionadas para cada estudiante y ofreciéndoles feedback en tiempo real."

Sin lugar a dudas, aquí notamos una suerte de cambio y evolución en la opinión de Jobs: la tecnología ahora sí comenzaba a ser algo central en la educación. Adicionalmente, siento que en este momento Jobs supo ir más allá y elaborar un pensamiento muy complejo y avanzado en materia pedagógica: hay que sacarle provecho a las herramientas actuales y dar un giro de 180 grados en la forma en que las aulas y las escuelas funcionan. Los maestros y profesores deben dar un paso al costado en sus métodos verticales de enseñanza, deben abandonar la "cátedra" y trabajar a la par con sus estudiantes.

Una tarde de mayo de 2011, Bill Gates visitó a Jobs en su casa y charlaron por más de tres horas, los dos solos. Según recuerda Gates, fue una tarde agradable, reflexiva, y de dos dinosaurios de la industria mirando hacia atrás. La educación también estuvo presente en este encuentro, y el fundador de Microsoft compartió la preocupación de Jobs sobre el poco protagonismo de la tecnología en las aulas, y sobre la necesidad de clases personalizadas frente a las lecciones anticuadas:

"(…)hizo algunas preguntas sobre la educación y Gates bocetó su visión de cómo deberían ser las escuelas del futuro, con estudiantes mirando lecciones en vídeo por su cuenta y usando el tiempo en clase para la discusión y para solucionar los problemas. Ellos acordaron que los ordenadores habían tenido, hasta el momento, poco impacto en las escuelas –menor que en otras áreas de la sociedad como en los medios, en la medicina, y en el derecho. Para que esto cambie, dijo Gates, los ordenadores y los dispositivos móviles deberían enfocarse en presentar lecciones más personalizadas y feedback motivacional."

A tan sólo días del gran evento educativo anunciado por Apple y a partir de las predicciones de Dani y de la biografía de Isaacson, es posible vislumbrar cuáles serán los próximos pasos de la compañía liderada por Tim Cook. La aparición de los libros escolares y de los manuales de texto en la iBook Store es inminente, y pasaría a complementar la maravillosa sección de podcasts de iTunes U. Me cuesta un poco creerlo pero, como mencioné, existe la posibilidad de que estos materiales sean gratuitos. Siguiendo de algún modo los propuesto por Chris Anderson en su libro Free, ofrecer contenidos educativos de manera gratuita ayudaría a la venta de iPads. Adicionalmente, si Apple también se llevase la aplicación de iBook a los equipos Mac, las ventas no sólo salpicarían a las otras líneas de productos sino que también impulsaría el uso de la sincronización y del servicio en la nube iCloud. El único obstáculo que veo en esto son las editoriales, como sucedió originalmente con iTunes Store y las discográficas, y con Newsstand y el servicio de suscripciones a diarios y revistas.

En cuanto a la reducción del precio del iPad, no creo que sea generalizado sino parte de un programa fijo para estudiantes, algo como lo que suele suceder todos los años con la campaña de vuelta a clase.

Finalmente, existen algunos detalles que no puedo dejar pasar, que son combustible para la especulación y para mis sueños digitales y educativos. En otras palabras, amaría poder ver un "One More Thing..." que revele alguna herramienta educativa deslumbrante. Es de conocimiento popular el amor de Steve Jobs y todo su equipo por los encuentros casuales y la creatividad, por lo general mediados por una pizarra blanca. ¿Imaginan el anuncio de una pizarra interactiva con la tecnología de Siri y que se integre sin dificultades a los iPads de la clase? Sí, es un sueño, irreal para muchas escuelas y para muchos países, pero eventualmente posible. La única certeza es que Apple sentará las bases para cambiar la educación y para darle difusión a muchos proyectos que ya lo están haciendo. La introducción de iPads y de libros digitales en las clases serán la semilla de la revolución educativa, el próximo paso será actualizar el firmware de los maestros y profesores.

Imágenes: TheChangeBlog, TheNextWeb y The Guardian

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