Los números de Kodak llevan mucho tiempo sin cuadrar, lo que ha hecho que la compañía haya decidido solicitar ante los tribunales de Nueva York la declaración del estado de quiebra voluntaria. Para evitar la “muerte” total de la empresa, la compañía ha negociado con Citigroup un crédito de 950 millones de dólares, ya que según la ley de quiebras de Estados Unidos, durante este periodo la empresa podría reestructurarse y salvarse de la quiebra definitiva.

El problema es que la concesión de ese crédito tiene que ser aprobada judicialmente, y aquí es en donde ahora entra en juego Apple. La compañía de la manzana ha solicitado al juzgado competente en materia de quiebras el bloqueo del préstamo a Kodak debido a que esta usaría para asegurar el crédito patentes pertenecientes, supuestamente, a Apple.

La interminable guerra de las patentes

En otras palabras, Kodak pide al banco 950 millones de dólares y usa como aval unas 1100 patentes valoradas en tal cantidad, pudiendo ser Apple dueña de algunas de ellas. Estas patentes se pusieron en venta el pasado mes de agosto, pero aún no han sido vendidas debido a la desconfianza existente por la situación de la compañía, según fuentes cercanas.

Todo esto parece ser otra batalla más de la guerra entre Kodak y Apple, porque recordemos que primero una denunció a la otra y luego ocurrió al revés, siempre por el mismo motivo: patentes.

Según se puede leer en el texto del archivo presentado ante el juzgado, la disputa nace debido al trabajo que ambas compañías realizaron conjuntamente en los años noventa, cuando eran socias y trabajaban en proyectos como la comercialización de las antiguas cámaras de Apple.

quicktake camara apple kodak

Los de Cupertino alegan que debido a esta colaboración Kodak tuvo acceso a información confidencial sobre la tecnología que empleaba Apple en sus cámaras, base de lo que serían algunas mejoras en los productos de Kodak. Mejoras que, según Apple, deberían ser ahora de su propiedad según acuerdos de confidencialidad firmados en la fecha.

Como podéis comprobar, todo esto es un lío jurídico impresionante que le dará muchos dolores de cabeza a los señores del juzgado, sobre todo teniendo en cuenta la mala situación de Kodak y la presión legal que suele ejercer el equipo de Apple.

El capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos es la última carta que le queda a Kodak, y que espera jugar bien para poder reestructurarse y salir de esta grave situación. Aun así, los 950 millones de dólares no han llegado a sus arcas todavía, y será el órgano judicial competente el que decida si las alegaciones de Apple servirán para parar la aprobación de la concesión del crédito o no. Recomendamos permanecer atentos al siguiente capítulo.

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