Ya he comenzado demasiados artículos de la misma manera pero es imposible repetir el hecho de que vivimos en una era digital. La intangibilidad y la inmediatez son requisitos casi ineludibles en la época en la que estamos y no cabe duda que la fotografía también esta atravesada por estos hechos. Las imágenes son digitales, su grabación es digital, su almacenamiento es digital y su apreciación, por determinación, es digital.

Vemos nuestras fotografías en la pequeña pantalla de nuestra cámara, las subimos a nuestras redes sociales y nuestros amigos las aprecian en su propia computadora. Compartir supone alojar esas fotografías en un servidor ajeno o mostrarlas en el pequeño avatar de nuestro cliente de mensajería instantánea. Mostrar nuestras imágenes de las vacaciones supone una rápida recorrida en tu visor preferido.

La inmediatez y rapidez esta presente en estos casos y cada vez más rápida y más inmediata. Navegar un álbum de Facebook se puede hacer velozmente con las flechas del teclado y ademas cada fotografía es pre-cargada para asegurar que una vez que aprietes esa tecla no tengas que esperar ni un nanosegundo a que esta llegue a tu computadora. ¿Cuantas veces te has fastidiado por que las imágenes tardaban en cargar y solo podías ver su versión pequeña, ampliada un numero enorme de veces?

Cada vez buscamos más y más rapidez, queremos perder menos tiempo y a la vez sacrificamos uno de los mayores placeres de la imagen: su contemplación. Si bien la mayoría de las fotografías de Facebook u otras redes sociales no son dignas de ser contempladas, con todo lo que ello significa, muchas veces hacemos una rápida recorrida de todo el set para luego continuar con nuestras vidas.

Ahora, ve al ático de tu casa, rescata algunos álbumes fisicos de antaño de tus padres y recorre algunas de esas fotografías. ¿Cuanto tiempo pasas contemplando, mirando y observando las imágenes en papel? ¿Con cuanto detalle observas cada esquina, rincón y porción de la imagen? ¿Cuanto demoras al pasar entre fotografía y fotografía? Ahora piensa en el ultimo set de Flickr que viste. ¿Cuanto tiempo le dedicaste? ¿Cuanto tiempo estuviste viendo las imágenes? ¿Cuantas veces te distrajiste con otro sitio web, cambiando la canción en tu reproductor de música o charlando con un amigo a través de la mensajería instantánea?

La digitalidad de la fotografía es una bendición: acelera los procesos de intercambio, permite una manipulación y retoque más versátil y es infinitamente más barata que su alternativa analógica. Pero asesina nuestra capacidad de atención. Al ver las fotografías, digitales, en un medio que permite hacer miles y millones de cosas más al mismo tiempo estamos completamente distraídos, no logramos concentrarnos completamente en apreciar una imagen y ademas nos hemos tomado el vicio de querer todo ya y no tener la paciencia suficiente como para esperar unos segundos para que esta cargue totalmente.

¿Que podemos hacer en contra de esto y cómo devolverle a la fotografía toda la atención que se merece? Sentarnos un rato frente a la PC, elegir aquellas fotografías que más nos gusten (tratando de no distraernos con nada externo) e ir a la tienda local a imprimirlas en papel. La experiencia de sentarse en una mesa sin una computadora, con una serie de imágenes en papel significa redescubrirlas completamente. El tiempo y la dinámica de ver imágenes de manera física es absolutamente distinta a su contrapartida digital. Compartir esas imagenes con alguien más es una experiencia distinta. Puedes ver sus reacciones, acotar acerca de lo que estan viendo y contemplar como se merece la fotografia en si.

La digitalidad no es una maldición, pero tiene sus grandes problemas. Es útil en el día a día, el intercambio rápido y sin mucha atención, pero tú, como fotógrafo amateur o profesional, estas obligado a forzar esa percepción única que tiene el papel, el contacto físico con la imagen. Toma esa responsabilidad, elige tus mejores fotografías, esas mismas que te hacen sentir orgulloso de esta profesión o hobbie e imprímelas. Gastaras algo de dinero, pero redescubrirás algo que hemos perdido en pos de la rapidez: esa experiencia única imposible de transmitir a través de las palabras. Ve ahora mismo. Yo esperaré aquí sentado, en la sección de los comentarios. Imprime esa foto que utilizas de fondo de pantalla o de avatar, mírala físicamente y cuéntame se si sintió igual que verla a través de tu monitor.

Foto: Vincent Diamante

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