El miércoles pasado, el equipo de cibercrimen de la Policía Metropolitana de Londres arrestó a un chico de 18 años acusado de ser el portavoz del grupo LulzSec, conocido como Topiary, es decir, la persona que gestionaba la cuenta de Twitter del grupo y realizaba los anuncios o comunicados de éste. Ayer trascendió que detrás del alias de Topiary se encontraba, Jake Davis, bueno, al menos eso dice la policía, un ávido jugador de ajedrez de 18 años del que hoy, tras acudir a la audiencia a oír los cargos a los que se enfrenta, se ha conocido que poseía datos personales de más de 750.000 personas.

Jakes Davis se enfrenta a cinco cargos que van desde el acceso no autorizado a sistemas de información hasta la conspiración (que se cataloga en 3 de los cargos, incluyendo conspiración para atacar la página web de la Agencia Contra el Crimen Organizado del Reino Unido). Mientras tanto, fuentes de la investigación siguen filtrando datos sobre el material incautado en la casa de Davis en Yell, Escocia. Se dice que habrían encontrado en su portátil un artículo falso que indicaba que Rupert Murdoch (el propietario del extinto News of the World) había muerto, es decir, el mismo artículo que apareció en la web de The Sun cuando ésta fue hackeada. Por otro lado, en la vista celebrada hoy, se ha revelado que el portátil de David contenía datos personales de más de 750.000 personas, incluyendo información de índole privado (como usuarios y contraseñas en diversos servicios), sin embargo, no ha trascendido cuál pudiera ser el origen de estos datos.

Davis tan sólo habló para confirmar su nombre y su fecha de nacimiento y, únicamente, sonrió cuando el fiscal tuvo problemas para pronunciar en nombre del grupo, Lulzsec. El supuesto Topiary ha sido puesto en libertad bajo fianza y tendrá que presentarse a una nueva vista el 30 de agosto, mientras tanto, no dispondrá de acceso a Internet y se regirá por un horario limitado para salir de su dominicilio.

El que sí habló fue su abogado, Gideon Cammerman, que dijo que aunque pudiesen existir pruebas que confirmasen que su cliente colaboró en la publicidad de los ataques, eso no implica que participase en ellos y, de hecho, no hay pruebas que demuestren que cuenta con conocimientos para ello.

La imagen que aparece no es la de un hacker experimentado y hábil, sino la de alguien que simpatiza con ellos

Imagen: Reuters

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