Hace unos días compartíamos con vosotros la noticia de cómo Apple había presentado pruebas modificadas en su demanda de plagio contra Samsung en Alemania, una acción judicial que en aquel momento se centraba en el Galaxy Tab 10.1 y que había conseguido en un primer momento detener la comercialización del tablet coreano en el viejo continente. La inexactitud tenía que ver con las dimensiones atribuidas al Galaxy Tab en las fotografías de la documentación.

Pues bien, Apple vuelve a hacer algo muy similar, en este caso en la demanda contra Samsung que mantiene en la corte holandesa. Allí el dispositivo bajo estudio es diferente, se trata del smartphone Samsung Galaxy S, aunque el razonamiento que defiende la empresa de la manzana es parecido: "Samsung está vendiendo una copia del iPhone". ¿Y qué si os dijéramos que en este caso vuelven a presentar pruebas con dimensiones diferentes a la reales?

En efecto, tal como se puede constatar en la imagen adjunta, el smartphone coreano ha sido redimensionado para encajar exactamente con el tamaño del iPhone 3G (o 3GS). El Samsung Galaxy S mide 122,4mm x 64,2mm, frente a los 115,5mm x 62,1mm del iPhone, así que en la documentación visual el Samsung se ha reducido en torno a un 6%. De nuevo la pregunta asalta a cada uno de nosotros: ¿Está Apple recurriendo a prácticas poco éticas en este asunto?

Algunos blogs se han apresurado a criticar a Apple de una forma visceral, como si estuvieran destapando la vil estratagema de un mentiroso. Pero todo se ve desde otra perspectiva si tomamos en cuenta los siguientes puntos:

  1. En el caso pasado, la documentación en su página 77 hacía referencia a que el Galaxy Tab 'poseía elementos no idénticos al iPad, como su tamaño más grande'. Es decir, expresamente los abogados de Apple mencionaban que el tamaño no era idéntico. Puesto que el documento de la demanda en los Países Bajos no ha trascendido a los medios, no hay forma de saber si también en este caso se ha incluido la aseveración anterior, pero nada hace pensar que no lo hayan hecho.

  2. El juez alemán ha tenido acceso a dispositivos reales para tomar su decisión, por lo que cualquier prueba documental es solo relativa. Es lógico pensar que el juez holandés haga lo propio y la propia Apple lo sabe, nadie en su sano juicio supondría que va a tomar como veraz lo que diga la parte demandante sin más sin contrastarlo, lo que vuelve a mostrar que la compañía de Cupertino no pretende mentir, sino influir.

  3. En el caso holandés el parecido físico es solo una pequeña parte de la demanda, que incluye aspectos como la forma en que se genera un evento tras un gesto sobre la pantalla, la gestión de las fotografías o el sistema usado para desbloquear de la pantalla. Por tanto, la situación es mucho más extensa como para resumirla en una cuestión de parecidos de diseño.

  4. Es la segunda vez que ocurre esta modificación del diseño. Si Apple quisiera mentir al juez mediante este método no lo habrían repetido en el caso holandés, sabiendo que toda la blogosfera se ha hecho eco del suceso en la primera ocasión y que Samsung puede utilizarlo a su favor.

Entonces, ¿a qué conclusión deberíamos llegar? No sabemos con exactitud qué es lo que pretenden los abogados de Apple con esta modificación, pero está claro que en Apple no están intentando engañar al tribunal, aunque tampoco se trate de una casualidad. Quizás lo único que desean es destacar ese preciso punto en su argumentación: "sí señores, el tamaño no coincide, quizás sea lo poco que no han copiado en Samsung, para así intentar convencernos de que no son el mismo dispositivo".

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