Desde que Apple dio el salto a x86 hemos leido rumores de todo tipo sobre el nuevo rumbo de la firma, incluyendo el que decía que tras desechar las GPU de Nvidia en beneficio de las nuevas Radeon, los equipos Mac comenzarían a emplear CPUs de AMD, dejando a Intel en la estacada. Al parecer el rumor no estaba del todo desencaminado, pues según desvela el fabricante de microprocesadores recibieron un ultimatum de Apple, advirtiéndoles que debían reducir el consumo de sus chips si querían ver como los de Cupertino llamaban a otra puerta.

El director de recién formada división de Ultrabooks de Intel (si Manu os advertía que tendríais que leer mucho este término en los próximos meses, yo os lo confirmo) Greg Welch se lo comentaba al Wall Street Journal en una entrevista, apuntando que los ejecutivos de Apple advirtieron con gran firmeza a Intel que si no podían recortar drásticamente la cantidad de energía que sus procesadores requerían, muy probablemente perderían mayores pedidos para futuros modelos de MacBook.

Welch no especificó al WSJ el momento exacto en el que Apple realizó tal amenaza, pero podría haber ocurrido poco antes de que Intel anunciase sus nuevos roadmaps y revelase los nuevos procesadores ULV que vemos ahora como parte de su plataforma Ultrabook. Estos nuevos Sandy Bridge (y futuros Ivy Bridge) de bajo voltaje tienen una demanda de potencia alrededor de los 15 vatios, menos de la mitad de la generación anterior de chips. Como es de esperar, el calor generado por estas CPUs es bastante inferior a los procesadores ULV previos, consiguiendo además una gran autonomía en baterías típicas de equipos ultraportátiles, algo que la compañía espera que se aproveche en manos de los fabricantes cuando los rivales de los MacBook Air.

¿Llamó Apple a la puerta de AMD?

La principal duda que me asalta al leer esta curiosa revelación es si Apple llegó a considerar — y por considerar quiero decir tantear otras opciones y negociar vias alternativas — un cambio de procesadores. Si fue así, la única alternativa en ese momento era AMD, con su plataforma Vision que incluye los APU Llano o los APU de serie E, que proporcionarían un todo en uno, sin la necesidad de recurrir a GPUs externas para lograr un gran rendimiento. Del mismo modo, la serie E de procesadores acelerados de AMD tiene un consumo envidiable, con un TDP máximo de tan solo 18 vatios, perfecto para ultraportátiles como MacBook Air. Si la compañía de la manzana mordida entabló negociaciones con AMD ante la aparente incapacidad de Intel quizás nunca lo sepamos, pero si el ultimatum existió, como asegura Intel, no sería de extrañar.

La presencia de Apple ha sido decisiva para definir el roadmap de los nuevos procesadores de Intel, gracias a la insistencia con la que demandaban más esfuerzos por conseguir un consumo inferior — algo que en el pasado intentaron con IBM y PowerPC, pero en aquella ocasión tuvieron que abandonar definitivamente por el enorme consumo de la última generación conocida, G5 — La otra posibilidad es que Apple, según comentaban los últimos rumores, hubiese intentado otro cambio de plataforma, dando el salto a ARM para sus futuros laptops, tras los éxitos cosechados con sus procesadores A4 y A5 que podemos encontrar hoy en iPhone 4 y iPad 2. Sin duda las declaraciones de Intel dan algo más de credibilidad a este posible cambio.

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